En cifras, la cuarta jornada de huelga en el transporte de viajeros por carretera vivida ayer en Galicia fue una fotocopia casi milimétrica de lo sucedido el martes, tanto por la repetición del" masivo" seguimiento -en torno al 95%, según los sindicatos y de algo más del 80%, según la patronal - como por el nuevamente elevado incumplimiento de los servicios mínimos - del 78%, indica la Xunta -. Sin embargo, la falta de avances, con las posturas de Administración, representantes de los trabajadores y transportistas ancladas en el punto de partida del conflicto, ya amenaza con el recrudecimiento de las protestas y la ubicación en el horizonte de un posible paro indefinido.

Así se lo hicieron saber en Santiago a Ignacio Maestro, director xeral de Mobilidade, una treintena de sindicalistas que ocuparon "simbólicamente" durante unas dos horas el edificio de este departamento de la Xunta. Según relata Inacio Pavón, miembro de un piquete de la CIG, el objetivo del encierro, replicado en la Delegación Territorial del Gobierno gallego en Pontevedra y en el Servicio Provincial de Mobilidade de A Coruña, fue exigir a la Administración que concrete "hora y día" para un encuentro tripartito de negociación. De no hacerlo, indica Pavón, el conflicto entrará en "una nueva fase más dura" en la que los sindicatos, que prevén reunirse durante el día de hoy para definir los nuevos pasos en su estrategia de acción, barajan la convocatoria de una huelga diaria indefinida.

"Si la Xunta lleva el plan adelante, este no se hará efectivo porque lo paralizará una conflictividad continua", sostiene Marcos Pérez. El portavoz de CC.OO., que reconoce que la situación no tiene "visos de solución", acusa a la Xunta de "irresponsabilidad" por instalarse en "una posición intransigente". Pérez, que recuerda que los trabajadores también están movilizados para reclamar a la patronal el desbloqueo de los convenios colectivos, reitera que el diálogo está roto porque la Administración incumplió el acuerdo inicial para negociar el nuevo plan de transporte a tres bandas. "Es mentira que tienda la mano al diálogo. Si lo hiciera asumiría los acuerdos comprometidos", sostiene.

La patronal, más beligerante

También las empresas de autobuses elevaron un escalón sus críticas a la Xunta por "su falta de reacción". A través de un comunicado, Anetra, Fegabus y Transgacar expresaron su creciente "temor" porque la "pasividad" del Ejecutivo gallego ante el endurecimiento del conflicto responda a que "quiere dejar morir" a la red de pequeñas y medianas empresas del rural. Los transportistas aseguran estar "cada día más convencidos" de que la "posición inflexible" de Ethel Vázquez busca "favorecer a alguna firma multinacional de las que dominan la actividad en España". A esta sospecha contribuye, indican, la actitud de "contra todo y contra todos" con la que la conselleira defiende su propuesta de reordenación del transporte de viajeros por carretera.

En ese sentido, la patronal desmiente además a Vázquez y asegura que no existe ningún impedimento legal para que la Xunta pueda retirar su proyecto. Según estas federaciones, el plazo límite del mes de agosto, cuando la Xunta prevé comenzar a implantar el nuevo plan, fue fijado por la propia Administración en base a una norma comunitaria, por lo que consideran que podría recurrir de nuevo a ella para ampliarlo. Al respecto, insisten además en que se han mostrado dispuestas a colaborar "en reiteradas ocasiones" para retomar concesiones a las que renunciaron.