Había tanta preocupación en los gestores de la obra social de las antiguas cajas por quedarse sin fuente de financiación tras quedarse a cero en la participación del banco heredero de las entidades -y, por tanto, sin posibles futuros dividendos- como por el déficit acumulado y el lastre que suponía para las cuentas. Una vez que lo primero se compensó con la decisión de Banesco de entrar en el patronato tras hacerse con NCG en la subasta y convertirse en su principal vía de ingresos, con un mínimo de cinco millones anuales, lo siguiente fue lanzar un plan estratégico hasta 2019 para redifinir sus funciones y sanear las cuentas. Durante el pasado 2016, la hoy bautizada como Afundación pegó otro mordisco importante al desequilibrio entre ingresos y gastos. El déficit se redujo más de un 67% y pasa de 19 a 6,2 millones, según recoge el balance de actividad anual que aprobó ayer.

"Afundación se consolida como la primera institución sin ánimo de lucro en Galicia, por su repercusión tanto en el tejido social como en el cultural, con más de un millón de personas como beneficiarias de los proyectos y actividades desarrolladas en el periodo", apunta la entidad en una nota de prensa con la información sobre la reunión de su patronato en Santiago.

Para este ejercicio, Afundación reserva una inversión de 24 millones de euros. Una cifra idéntica a la del pasado año (24,15 millones), en la que el 93,2% se destinó a actividades fundacionales. Concretamente, el 41% fue a educación superior y conocimiento; el 40% a cultura; el 16% al área de envejecimiento activo; y el 3% restantes a otros fines. "Afundación es un promotor fundamental para el avance social y cultural de Galicia", subrayó su presidente, Miguel Ángel Escotet.