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La presión fiscal a infraestructuras y energéticas deja un récord de 33 millones en los concellos

La recaudación por el IBI especial creció casi un 9% en dos años tras la revisión de las construcciones

Hugo Barreiro

Que el impacto de la crisis en las cuentas municipales dejó a muchos con la lengua de fuera es tan indiscutible como que las fuertes subidas del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) y el rastreo de propiedades ocultas por parte de Hacienda para forzar su alta y obligar a los dueños a pagar se convirtió en la tabla de salvación de muchos concellos. La recaudación del principal tributo local y su mayor fuente de ingresos alcanzó el pasado año los 531 millones de euros, según el balance publicado por la Dirección General de Catastro. Como adelantó FARO, no todos los tipos de la popular contribución siguieron la misma evolución en 2016. La recuperación de la actividad y la mejora de los ingresos permitió a los ayuntamientos echar el freno en el alza de tipos del IBI urbano, por lo que sus ingresos se mantuvieron estables. Incluso con una ligera caída del 0,1%, hasta los 484,1 millones de euros. En el IBI rústico, en cambio, el "catastrazo" en el rural a edificaciones que antes estaban exentas -granjas, hórreos, invernaderos...- impulsó el saldo un 17% entre los municipios gallegos, con 14,3 millones. Faltaba conocer el IBI aplicado a los inmuebles de características especiales, en el que los municipios pusieron también el ojo estos últimos años para mejorar la caja. Y también se nota. Récord de recaudación. Casi 33 millones de euros, tras un ascenso superior al 4% y cerca de un 9% en el acumulado de los dos últimos ejercicios.

Galicia es la sexta comunidad que mayor provecho saca al IBI que grava infraestructuras y centrales energéticas, los llamados Bices. Los ayuntamientos de Andalucía y Cataluña se sitúan a la cabeza de la recaudación, con 95,2 y 93,3 millones de euros, respectivamente. A continuación figuran los madrileños, que sumaron 59,9 millones; otros casi 46 millones en la Comunidad Valenciana; y 35,3 millones en Castilla-La Mancha.

La batalla entre los consistorios y las empresas por el desembolso del IBI especial vivió su momento álgido con los parques eólicos, a los que los tribunales obligaron finalmente a abonarlo. Supuso un antes y un después para el presupuesto de muchísimos pequeños concellos en Galicia con molinos instalados en su territorio. Desde hace años también los municipios con embalses luchan para una correcta valoración de las infraestructuras. De la mano de Hacienda tienen en marcha en un proceso para rastrear las presas y detectar mejoras y ampliaciones y hacerles pagar por su valor real.

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Entre 2014 y 2016, el número de recibos de los Bices en Galicia aumento en 142, con un total de 1.744. La tasación de los bienes se elevó en 21 millones de euros, hasta los 3.500,8 millones. En el conjunto del Estado, el valor catastral de los bienes inmuebles de características especiales asciende a 48.625,1 millones, de los que 12.282 millones son aeropuertos y 6.700 millones los puertos comerciales.

Entre las valoraciones recogidas por el Catastro en Galicia -no todas son públicas-, destaca, por ejemplo, las 18 parcelas del aeropuerto de Vigo que le corresponden al concello olívico: 45,3 millones de euros. Las 8 de Mos rondan los 7,2 millones. En los puertos, el vigués alcanza los 263,8 millones. El de A Coruña más de 156 millones. Otros 35 en Pontevedra. En embalses, el concello ourensano de Viana do Bolo concentra 28,6 millones. Y en eólica sobresale Muras, en Lugo: 49,2 millones.

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