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Las ayudas para pagar la luz beneficiaron tan solo a 9.400 hogares en casi tres años

El tique eléctrico alcanzó a 5.721 familias y el pago de hasta 200 euros para evitar el corte de suministro, a 3.671 -Economía reformará las medidas para elevar su cobertura

Varias personas a las puertas de un comedor social de Vigo. // M. G. B.

Casi 9.400 gallegos obtuvieron en los últimos tres años algún tipo de ayuda pública para afrontar el pago de la luz y tratar de esquivar la llamada pobreza energética. La cifra se queda lejos de los 40.000 hogares que la Xunta preveía que podrían obtener la primera de las subvenciones, que puso en marcha para afrontar los recibos hace casi tres años. Por ello, la Consellería de Economía aguarda a que el Ministerio de Industria concrete la reforma del "bono social" estatal para modificar el conocido como tique eléctrico y ampliar su cobertura.

La pobreza energética constituye la incapacidad de una familia para afrontar el pago de su consumo eléctrico, lo que se traduce en frío en invierno al no poder calentar su hogar y calor en verano por la imposibilidad para refrigerarla. En los casos más severos, sufren el corte del suministro; en los menos, el consumo se reduce al mínimo.

En 2014, la Consellería de Economía puso en marcha el citado tique eléctrico, una ayuda de hasta 300 euros al año para pagar el recibo de la luz, iniciativa que completó a finales del año siguiente con otra subvención de un máximo de 200 euros para evitar que la compañía suministradora le cortase el servicio a una familia por impagos. Esta última comenzó a funcionar en 2016.

A día de hoy, los beneficiarios por la primera medida desde su puesta en marcha suman 5.721 hogares, a los que se añaden otros 3.671 en el caso de los cheques contra la pérdida del suministro eléctrico. En total, suman 9.392 beneficiarios.

Este tipo de subvenciones serán reformadas por Economía para ampliar la cifra de hogares que las reciben. Para recibir el tique eléctrico, una familia debe tener unos ingresos anuales inferiores a 1,5 veces el indicador público de renta de efectos múltiples (Iprem), es decir, menos de 9.585 euros, además de residir en la comunidad y convivir con menores o personas con discapacidad. En el caso de la ayuda contra el corte del suministro, el tope de ingresos es de 6.390 euros, además de que esta tenga recibos sin abonar después de haber superado el límite de pago. La Xunta también incluye el consumo de gas en esta categoría.

La modificación del tique no será la primera, pues en 2015, poco después de haberlo activado, el departamento dirigido por Francisco Conde facilitó los requisitos y trámites para solicitarlo -en un principio su petición estaba restringida al ámbito telemático- y elevó su cuantía. Pasó de 45 a 90 euros semestrales en caso de familias con menos de tres hijos y de 60 a 150 para las numerosas. En total, 180 y 300 euros al año, respectivamente.

Ahora, aguarda a la concreción de la reforma estatal del bono social para introducir un nuevo cambio, después de que el año pasado el 80% de los fondos reservados para el tique se quedasen sin gastar. Los presupuestos autonómicos contaban con 2,7 millones de euros para esos cheques, pero apenas se gastaron 500.000 euros. La Xunta alegó que se aplicaron a los solicitantes que se ajustaron a los requisitos legales. El dinero sobrante fue destinado a otros usos por parte de la administración, como el alumbrado de la Cidade da Cultura, la Fundación Feiras de Lugo o la promoción del comercio.

El borrador del nuevo bono social prevé descuentos de hasta el 40% en el recibo para familias con hasta 9.681 euros de ingresos al año o 16.135 si cuentan con dos menores. La Asociación Estatal de Directores y Gerentes en Servicios Sociales denunció que serán comunidades y municipios quienes asumirán una factura de entre 286 y 330 millones de euros y no el Gobierno central. En Galicia estiman que rondará los 12.

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