Hace apenas un mes, una joven de 23 años falleció en Vilalba a su regreso de una romería caballar. Un vehículo colisionó de frente con el animal en una zona de curva y tanto la jinete como el equino murieron en el acto por el impacto. El siniestro se produjo pasada la medianoche en una vía secundaria y sin apenas visibilidad. No hay día que las carreteras gallegas no sean escenario de un siniestro provocado por la irrupción de un animal en la calzada. De hecho, Galicia se mantiene como la segunda comunidad, por detrás de Castilla y León, con el mayor número de este tipo de accidentes: casi dos de cada diez siniestros con jabalíes, corzos, caballos, vacas o perros se producen en la red viaria gallega. Hasta un total de 3.972 accidentes con animales implicados se contabilizaron el año pasado en Galicia, lo que supone una media de diez cada día, casi un 30% más que hace cinco años (3.112) y un 12% que el ejercicio anterior (3.545).

Más de 16.700 accidentes, casi 400 de ellos con víctimas, nueve fallecidos y 56 heridos hospitalizados. Es el balance de la siniestralidad provocada por animales sueltos en las carreteras gallegas de los últimos cinco años, según datos de la DGT. Lugo y Ourense concentran la mayoría de estos accidentes, casi el 65% del total en la comunidad. En A_Coruña se producen en torno al 22% de los ocurridos en Galicia y en Pontevedra, un 14%. Es precisamente Lugo una de las provincias que está marcada en rojo en al mapa de accidentalidad con animales de Tráfico, ya que tras Soria y Burgos es el territorio que concentra un mayor número de siniestros de este tipo.

Del total de accidentes viarios ocurridos en cada provincia, en Lugo los provocados por animales representan el 57% y en Ourense, el 50%. La tasa en Pontevedra es del 34% y en A_Coruña, del 25%.

La bestia negra de las carreteras gallegas son los jabalíes y los corzos. "Es un motivo de preocupación por sus efectos sobre la seguridad vial, si bien las consecuencias finales suelen concluir en accidentes con solo daños materiales en los vehículos implicados y en muy escasas ocasiones con personas lesionadas", detalla el teniente del Subsector de Tráfico de la Guardia Civil en Ourense, Norberto González.

El horario comprendido entre las ocho de la tarde y las once de la noche concentra el mayor número de siniestros con animales implicados. Domingos, el peor día, seguidos de los sábados. Y en concreto, los meses comprendidos entre septiembre y marzo. El repunte más acusado se centra en el último trimestre del año, debido a la reducción de las horas de luz y la escasa visibilidad en carretera.

En la mayoría de los casos, la principal causa del siniestro es la irrupción "incontrolada e imprevisible" del animal en la calzada, según apunta el teniente González, sin infracción o responsabilidad por parte del conductor.

Para tratar de reducir la alta siniestralidad en Galicia derivada de este tipo de siniestros, la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil en Galicia, en colaboración con la Jefatura y las distintas administraciones, se propone elaborar un mapa de puntos negros y fijar una serie medidas con el objetivo de rebajar estas estadísticas.

La lista de propuestas para atajar la alta siniestralidad con animales incluye el cierre perimetral de las vías mediante alambradas. "Enterradas a bastante profundidad para evitar que los animales excaven en la tierra y las traspasen", detalla González. Así como, la instalación de más señales verticales para avisar a los conductores de que están próximos a una zona de riesgo, la construcción de zonas de paso para la fauna salvaje, uso de espejos reflectantes para impedir a los animales acercarse a las vías, instalación de barreras de olor (que tratan de ahuyentar a los animales de los vehículos esparciendo el olor sintético de sus enemigos naturales, concretamente feromonas de oso, lobo y hombre) y la limpieza de zonas adyacentes a la calzada.

Ante la irrupción de un animal en la carretera, los agentes de la Guardia Civil advierten del riesgo que acarrea un volantazo. "Es una maniobra peligrosa, que puede originar una salida de vía por el margen derecho, o lo que es peor invadir el sentido contrario e impactar contra otro vehículo", explica el teniente González. "Muy importante: salvaguardar la vida y la integridad física por encima de los daños materiales que se puedan originar", concluye.