Los cerca de doscientos pasajeros que viajaron ayer desde la capital a Galicia en el tren Madrid - A Coruña han pasado un infierno bajo el sol de A Gudiña. Una avería a las 19.00 horas ha dejado parado al convoy que había salido de Chamartín a las 15.00 horas y que tendría que haber hecho su parada en Ourense a las 19.35 horas. El tren se quedó parado en A Gudiña, donde según los datos de Meteogalicia se alcanzaron los 35 grados centígrados.

Cuentan los propios pasajeros de Renfe que se han visto obligados a quedarse encerrados dentro del tren sin aire acondicionado y con las ventanas cerradas durante cerca de cuatro horas. No ha sido hasta las 22.00 horas cuando abrieron las puertas para que los viajeros pudiesen respirar aire fresco, ya que algunos de los ocupantes del tren se estaban mareando.

En torno a las 23.00 horas llegó otro tren, que en un primer momento trató de remolcar la maquinaria averiada. Finalmente los empleados de Renfe optaron por subir a los pasajeros al nuevo convoy para proseguir un viaje que acumulaba cuatro horas y media de retraso.