Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La docencia, una esperanza laboral

Las 1.043 plazas por las que el próximo sábado se pelearán más de 14.000 opositores y las 3.000 anunciadas hasta 2020 animan las expectativas de futuro de titulados, interinos y parados

Opositores, en una clase de preparación en la academia Nós Oposicións, en Santiago // X. Álvarez

Quedan tan solo seis días para que 14.309 postulantes gallegos a docente se disputen alguna de las 1.043 plazas convocadas en las oposiciones que se proyectan como el prólogo de una nueva etapa en la oferta pública de empleo. Después de que el Gobierno central rebajara la tasa de reposición al 10% y apenas abriera vacantes tras el estallido de la crisis, los aspirantes a profesores afrontan la cita del 24 de junio con cifras de futuro en la cabeza.Las de las mil plazas que, según anunció el conselleiro de Educación el pasado abril, saldrán anualmente a concurso hasta 2020, luego de varios años en los que cubrió la desaparición de plazas fijas con contratos de interinidad.

Alberto Villares, responsable de la academia Nós Oposicións de Santiago, reconoce que, dadas las dificultades aún existentes para encontrar empleo y "tras años malísimos, en los que se congelaron prácticamente las oposiciones", las previsiones han proyectado sobre las oposiciones a profesor la imagen de una apuesta segura. "Tenemos ya gente matriculada para el curso que viene sin saber con total seguridad que va a haber convocatoria. Temen quedarse sin plaza en la academia", señala. "Antes la gente preparaba las pruebas para un año concreto y si no le salía bien se dedicaba a otra cosa. Ahora la preparación se asume como un proyecto a medio plazo", compara Villares.

Sin embargo, advierte que muchas personas se apuntan "por inercia" , obviando que, "sin vocación y compromiso", es difícil sacar provecho de la convocatoria, por muy suculenta que pueda parecer a priori. "Preparar una oposición es una tarea compleja, que requiere un esfuerzo constante. Hay quien llega con expectativas porque existen muchas plazas pero que cuando se percata del intenso sacrificio que conlleva, recula", recalca.

Aunque entre quienes acuden a sus aulas sigue siendo mayoritaria la presencia de titulados en carreras orientadas a la docencia, indica que desde que el paro alcanzó registros históricos, señala que se tornó un poco más cotidiano ver a ingenieros o arquitectos entre su alumnado. También a quienes buscaron en el Máster de Profesorado una alternativa laboral, al que recurren perfiles académicos cada vez más heterogéneos. Entre quienes lo estudiaron este curso en la USC, por ejemplo, hay cinco titulados en Comunicación Audiovisual, cuatro en Enfermería y dos en Periodismo.

Sin embargo, no todos han podido tocar el temario este año.Mientras que la convocatoria para maestros ha dado oportunidad de aspirar a un puesto en todas las especialidades, en Secundaria no se convocaron plazas en Economía, Filosofía, Música, Orientación y Tecnología, Francés, Alemán, Griego y Latín.Para los aspirantes a docentes en FP, las posibilidades son aún más limitadas, pues Educación solo abrió concurso en cinco de las varias decenas de ciclos de grado medio y superior existentes.

Haz click para ampliar el gráfico

Lino Iglesias - Profesor interino de Matemáticas en el IES Álvaro Cunqueiro de Vigo

"Cogí una licencia sin sueldo porque compaginar docencia y estudios es muy difícil"

Tras ocho años como profesor interino de Matemáticas, Lino Iglesias trata de evitar pensar que se está "jugando mucho". Docente en el IES Álvaro Cunqueiro de Vigo subraya que es "muy difícil"compatibilizar el día a día en las aulas con la preparación de las pruebas", sobre todo, recalca, si como en su caso se tiene familia. "Cogí una licencia sin sueldo durante los dos últimos meses para poder estudiar entre 6 y 8 horas diarias. Antes solo podía dedicarle una y así es imposible", reconoce. Además, añade, la fecha de las pruebas, coincidiendo con el final de curso, supone una "desventaja" para quien trabaja.

Tras casi una década luchando por lograr una plaza fija como docente, con todo el "desgaste mental que ello supone", cree que este año el proceso de convocatoria ha estado comandado por la improvisación. "Desconocemos cómo va a ser la primera parte del examen, consistente en la resolución de problemas, pues el pasado año cambiaron el modelo. Además, tampoco publicaron aún los criterios de calificación", señala

.

En este sentido, asegura que la poca información de la que dispone procede de compañeros que estuvieron en tribunales en alguna ocasión".

Defensor de un replanteamiento en el sistema de evaluación, con el que se " seleccionan buenos estudiantes pero no adecuados docentes", explica que, pese a la necesidad de que "los cambios sociales se reflejen en el temario y el formato de las pruebas", el filtro para pasar a la segunda fase se pone en las competencias matemáticas. Es decir, "evalúan los conocimientos que se supone que un licenciado debe tener mientras que no se abordan nuestras capacidades pedagógicas o de comunicación como docentes".

Además, como el número de candidatos es siempre superior al de las plazas ofertadas "no basta con aprobar sino que hay que ser el mejor"- En consecuencia, indica, el mayor esfuerzo de los opositores acaba destinado a la parte que examina los conocimientos de la especialidad en lugar de a la programación didáctica.

En esa parte, cree que la diferencia la marcará la capacidad de relacionar los conocimientos con el ámbito educativo y la vida real". En cuanto a la redacción del tema, lamenta, "no quede otra que sentarse a chapar".

Con todo, su experiencia también le hace advertir el papel de la suerte. "La diferencia puede estar en que tengas o no un buen día o que entren en juego factores que no dependen de ti", reconoce.

"No suelo ponerme nervioso peo el año pasado lo pasé muy mal porque el manejo del tiempo es clave y no me dejaron tener mi reloj digital porque consideraron que podía tener memoria".

En su esfuerzo por "quitarle hierro" al recuerdo, reconoce que la expectativa de nuevas oposiciones para los próximos años supone una motivación adicional.

Alba Fernández - Opositora para profesora de Inglés en la ESO

"Es mi primera vez, si no apruebo, no tiraré la toalla; es una carrera de fondo"

La monfortina Alba Fernández entró en las aulas universitarias segura de que su caminar hacia el futuro la haría reencontrarse de alguna forma con ellas. Licenciada en Filoloxía Inglesa, el año pasado superó el primer obstáculo hacia su sueño de ser docente tras finalizar el Máster de Profesorado. Aunque durante su cursado inició los primeros contactos con el temario de las oposiciones, la intensidad de su apuesta para aprobarlas comenzó el pasado octubre, desde cuando dedica "un mínimo de ocho horas diarias" a estudiar.

Si bien se siente "bastante bien preparada" para ser su primera vez, admite que, con el acercamiento de la fecha y el cansancio acumulado, los nervios y los momentos de bloqueo están ganando terreno. "Cuando eso sucede, intento calmarme y recordar todo el esfuerzo que he dedicado hasta ahora. Paro durante un tiempo para despejar la mente y luego intento retomar el estudio de nuevo". Sobre todo, señala, para refrescar y afianzar los temas más complicados. "No voy a tratar de memorizar nada más porque creo a estas alturas puede ser prejudicial", sostiene.

Fernández, que lamenta los "innecesarios agobios" generados por la "falta de información" que acompañó al proceso, afronta con mayor preocupación la parte centrada en la programación y presentación de una unidad didáctica. Además de no tener experiencia como profesora, indica, la visión que prime en el tribunal que la va a evaluar le genera cierta inseguridad: "No sabes si lo que vas a presentar les va a gustar o los aburrir porque es muy subjetivo.". Aunque afirma no tener "ningún as en la manga", pretende centrar su exposición en aspectos "lúdicos, comunicativos y cooperativos", pues confía que, "a diferencia de "años pasados", la innovación en el enfoque "se valore ya más". De no salirle la jugada, asegura que su plan seguirá adelante. "Es mi primera vez y no voy a tirar la toalla. Esto es una carrera de fondo".

En ese sentido, el compromiso gubernamental de convocar nuevas oposiciones en los próximos años le provoca sentimientos encontrados. "Aunque me resta presión, al pensar en compañeras que llevan años preparando esto y están agotadas, prefiero centrarme en lo que pasará el sábado que viene ".

Carla González - Opositora en Educación Primaria

"No sé si la vocación es un mito pero me presentaré las veces necesarias para lograr la plaza"

Aunque es la segunda vez que su nombre aparece en la lista de admitidas para realizar los exámenes de acceso al cuerpo docente, para la viguesa Carla González el próximo 24 de junio es día de estreno. Graduada en Educación Primaria, durante el pasado año realizó el Máster en Lingüística Aplicada al Lenguaje de Signos, tiempo en el que aprovechó para presentarse a las oposiciones a modo de observadora con intenciones futuras de participación activa. Se trataba, explica, de tener un primer acercamiento con el funcionamiento del modelo.

Con ese tiempo ganado, la preparación, ya con la intención de mantener los codos hincados sobre la mesa durante meses, la inició el pasado octubre, cuando se apuntó a una academia para, sobre todo, realizar simulacros de exámenes y resolver dudas.

González, que trata de enriquecer su estrategia de estudio con la búsqueda de recursos y materiales en Internet, afirma no poder calcular exactamente cuántas horas dedica al estudio cada día, "pues son unas cuántas". Quizás porque, además de sacar tiempo para acudir a la Escuela de Idiomas, aprovecha las tres horas diarias que trabaja como cuidadora de una niña para testar los juegos y actividades lúdicas que pretende incluir en su propuesta de programación didáctica. Mientras que esta parte cree tenerla bien trabajada, la que incluye la legislación, "muy memorística y pesada", la digiere un poco más a disgusto. "Con los temas sabes que hay 25 y que alguno de ellos caerá. Con la normativa, que además no abordamos durante la carrera, es mucho más impredecible", señala.

Con todo, parece sentirse bastante inmune a la influencia que factores como la suerte o la conformación del tribunal pueden tener en su rendimiento. Aunque admite que nunca se siente "segura del todo", está convencida de que, al final, el resultado de la evaluación depende de sí misma". "Si tú rindes, es porque tienes los conocimientos. He aprendido bastante durante estos meses y creo que me va a ir bien", señala.

Sin embargo, es consciente, de la competitividad del proceso y, por tanto, de la dificultad de que los planes salgan perfectos. Por ello, aunque insiste en querer pensar únicamente centrada en estas pruebas, no deja sospechas sobre escenarios alternativos al que mantiene a priori.

"No sé si la vocación es un mito pero desde pequeña quise dar clase en colegio público. Me presentaré las veces que haga falta hasta conseguir la plaza", sostiene.

Compartir el artículo

stats