Los inspectores de la Agencia Tributaria peinan Galicia de norte a sur para hacer aflorar los casos de fraude fiscal que hacen perder a las arcas del Estado millones de euros cada año. Empresas, grandes patrimonios, profesiones liberales, espectáculos musicales al aire libre, talleres, comercio, ferias y mercados, hoteles y restaurantes, comunidades de vecinos... No hay sector que se escape de la lupa de Hacienda. El plan contra la economía sumergida puesto en marcha por el Gobierno central en 2012 se refuerza año tras años con nuevas actuaciones para comprobar in situ las obligaciones formales y registrales en actividades de riesgo fiscal. Solo el año pasado, se realizaron en Galicia 2.000 visitas presenciales, un 38% más que el año anterior. Más del 40% de estos rastreos se concentran en los programas sobre economía sumergida y alquileres opacos, lo que representan un incremento de casi el 50% respecto a 2015, según fuentes de la Agencia Tributaria.

Una simple factura de la luz resulta crucial para el fisco. Un consumo disparado para una vivienda que se supone vacía hace saltar las alarmas de Hacienda, que nada más recibir los datos de las eléctricas pone en marcha una investigación. Ya sean para arrendar durante periodos largos o tan solo en los meses de verano para turistas. En este último caso, la Agencia Tributaria también parte de los anuncios de alquiler turístico publican en internet. Según datos del sindicato de técnicos de Hacienda (Gestha), los alquileres en negro en Galicia superan los 86 millones de euros al año.

Las más de 7.600 actuaciones de comprobación promovidas en 2016 por la Agencia Tributaria -apenas 200 menos, pero un 82% más que hace cinco años- hicieron aflorar más de 490 millones de euros, cifra solo superada por el balance de 2015 (495 millones). Se trata de un 30% más que en 2012.

Del total recaudado, 358 millones procedieron de actuaciones de control, 116 e minoración de devoluciones solicitadas por los contribuyentes y algo más de 16 de declaraciones extemporáneas (fuera de plazo voluntario) sin requerimiento previo por parte de la Agencia Tributaria. El grueso de los ingresos procede de las liquidaciones, el "núcleo fundamental" de la labor inspectora y del control , que han aumentado casi un 1% respecto a 2015 y un 74% más que hace cinco años.

Dentro de estas actuaciones, destacan las comprobaciones sectoriales, un 6% más que el ejercicio anterior. La Agencia Tributaria también ha estrechado el cerco sobre las grandes empresas. En 2016, los inspectores realizaron en Galicia 1.776 actuaciones de comprobación, cifra similar a la del ejercicio anterior (1.844).

Mientras, las actuaciones de comprobación de beneficios fiscales aplicados a contribuyentes experimentaron un repunte del 67%.

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