El 15 de junio de 1977, en la locución del NO-DO se estrenaba vocabulario político, y en sus imágenes, escenarios , protagonistas y "rituales" proscritos durante la larga dictadura franquista. Las papeletas y las urnas volvían a formar parte del mobiliario de los colegios, reconvertidos en sedes de la voluntad popular pese a que el retrato del "Caudillo" aún colgaba en muchas de sus paredes. Luego de cuatro décadas de dictadura, hace hoy el mismo número de años, España volvía a celebrar elecciones.
Tras dos días de lento escrutinio, la Unión de Centro Democrático (UCD) liderada por Adolfo Suárez se convirtió en el partido con más apoyo, tanto a nivel estatal, donde aglutinó el 34,44% de los votos, como en Galicia, donde sumó el 53,76% de ellos, muy por encima del PSOE, con el 15,52%, y Alianza Popular (AP), tercera y última fuerza con representantes, tras lograr el 13,13% del total de sufragios.
Doce convocatorias electorales al Congreso después, cinco integrantes de candidaturas presentes en aquellos comicios recuerdan el simbolismo de la fecha con cierto recelo respecto al modelo político actual.
| José Rivas Fontán (UCD). "Aquella noche no dormí. ¡Iba a ser diputado!", recuerda José Rivas Fontán, número uno de la lista de UCD por Pontevedra. Maestro con un sueldo de 900 pesetas y la biografía "militante" ligada al movimiento provincial a favor de la democratización del sistema educativo, meses antes un representante de Suárez lo había convencido de que la imagen aún utópica de "unas Cortes democráticas" era posible. Tras aceptar, "sin saber muy bien en qué consistiría aquello", los datos del recuento le provocaron una sorpresa "impresionante". Decidido a ejercer como un parlamentario "al viejo estilo de la República", se encontró con un Congreso con "tanta ingenuidad como honestidad política". Ahora, orgulloso de haberse labrado la "fama de rebelde", y tras haber sido alcalde de Pontevedra entre 1979 y 1991, asegura "sentirse absolutamente desencantado con los partidos políticos", a los que considera "un simple instrumento de poder y el sistema electoral". Aunque destaca los avances logrados en justicia social, cree que los ideales que guiaron sus años como parlamentario han desaparecido. "La política no estaba al servicio del hombre sino este al servicio de ella. Ahora es al contrario", lamenta.
| José Vázquez Fouz (PSOE). "Anarquista de formación teórica" y miembro del Comité Federal del PSOE desde 1976, a José Vázquez Fouz, la política lo sedujo cuando la lucha por la recuperación de los montes vecinales se cruzó en su rutina como funcionario de extensión agraria. Número dos de la candidatura socialista pontevedresa en los comicios de 1977, recuerda la "enorme ilusión" existente por elaborar "las columnas vertebrales del nuevo Estado democrático" . Con la perspectiva del tiempo transcurrido, cree que "las viejas virtudes parlamentarias" y el objetivo "del bien común" que guió a su generación, "más idealista", han sido sustituidos por la "mediocridad", a la que identifica en su propio partido. Preocupado "y mucho" por la situación del PSOE, en el que le "cuesta mucho reconocerse" y cuya "parálisis progresiva" en Galicia cree amenazarlo con llevarlo hacia "la marginalidad", lamenta que en las últimas elecciones a secretario general se abriera "la caja de Pandora, saliendo lo más abyecto de las cloacas".
| Francisco Puy Muñoz (AP). Uno de los fundadores de AP, Francisco Puy, defiende que su partido, que en aquellos comicios quedó en cuarto lugar en España, por detrás del PCE, representó el "centrismo de la mayor parte la población" frente a la derecha "inmovilista" que "quería un franquismo sin Franco" y una izquierda "que pretendía convertir a España en una república soviética". Candidato número cinco por A Coruña, se perdió la cita con las urnas tras ser atropellado y entrar en coma. "Al despertar lo primero que hice fue preguntar si habíamos ganado. Dudaron en decirme la verdad por si me daba un sobresalto", recuerda. Retirado de la política activa pero aún afiliado al PP, al que augura "bastante años" en el poder, defiende los logros nacidos de la "paz y el bienestar" que trajo la Transición, pero considera que "la gente tiene que acostumbrarse a que no todo puede ser gratis" . "No solo hay derechos sino también deberes", sostiene. En ese sentido, cree preciso que en la política actual se recupere la disciplina y responsabilidad de su generación, empeñada, afirma,en construir "un sistema de ley y orden".
| Carlos Barros Guimeráns (PCG). Activo militante en las luchas sindicales y obreras de los setenta, el vigués Carlos Barros, cofundador del Partido Comunista de Galicia (PCG), recuerda la "enorme inquietud por si el caciquismo franquista alteraba el proceso electoral", un logro obtenido por "el sacrificio y lucha de las clases populares" y cuyo olvido actual lamenta. Pese a que los resultados electorales "no fueran beneficiosos ni todo lo justos que merecía el partido tras ser la columna vertebral de las fuerzas democráticas", reconoce la transcendencia de los comicios en el camino hacia "la liberación de la dictadura". En ese sentido, subraya que la motivación política que guiaba a la organización "no era convertir la militancia en una profesión sino responder a una vocación ética e ideológica". Por ello, tras la conversión del partido en "una maquinaria electoral" y con el cuerpo cansado tras vivir la represión y la clandestinidad, decidió recuperar su vida profesional y regresar a la universidad.
El todavía profesor de Historia Medieval cree que en la Transición el PC hizo tanto "lo que podía", dada la vigilancia del aparato franquista, como "lo que debía", puesto que la democracia hubiera sido "mucho peor" sin su presencia institucional. "En aquel momento nos parecía pasar del infierno al cielo", indica," pero hoy no me veo en el espejo de esta democracia, tan limitada y poco participativa", aclara. Aunque le "horroriza" que la juventud crítica califique de "régimen" al actual modelo político, pues "así se autodenominaba el franquismo", deposita su confianza para la "regeneración" en el cambio iniciado con el 15-M.
| Pilar Allegue Aguete (BNPG). La doctora en Filosofía Pilar Allegue integrante de la candidatura del Bloque Nacional Popular Galego (BNPG), semilla del actual BNG, señala que la apuesta de la coalición electoral era la de "un proyecto rupturista" que buscaba un "pacto federal" con los partidos soberanistas catalanes a partir del establecimiento de un gobierno provisional gallego. Con expectativas "pequeñas" dada la ilegalidad de las dos organizaciones impulsoras de la candidatura - la Unión do Povo Galego y la Asemblea Nacional Popular Galega -, explica que asumieron su presencia en "la necesaria normalización de la vida democrática", por la que tenían una "grandísima ilusión", pese a saber que el proceso "no era la solución final ni real" para Galicia. Esta última hipótesis considera confirmada dado el rumbo que el proceso tomó después, pues opina que "seguimos siendo un país rico pero empobrecido", perjudicado por decisiones tomadas "en instancias españolistas" dentro de "un modelo autonómico que solo funciona como descentralización administrativa". En esa mirada por el retrovisor, además de identificar con preocupación "la pervivencia del caciquismo" en la política actual, Allegue alerta de la pérdida progresiva de la mayor de las conquistas iniciadas tras los comicios de 1977: "lo público, que es lo igualitario", indica.
José Rivas Fontán - Exdiputado de UCD
"Aquella noche no dormí. ¡Iba a ser diputado! Acepté sin saber muy bien en que consistiría"
José Vázquez Fouz - Exdiputado del PSOE
"Hace cuarenta años teníamos ilusión por levantar las columnas vertebrales del nuevo Estado democrático"
Francisco Puy Muñoz - Candidato Alianza Popular
"Sufrí un accidente y estuve en coma. Al despertar pregunté el resultado. No querían decírmelo"
Carlos Barros G. - Candidato y fundador PCG
"El PC hizo lo que podía y lo que debía. Sin su presencia institucional, la democracia sería peor"
Pilar Allegue Aguete - Candidata BNPG
"Aunque nuestra opción era rupturista, era clave participar en la normalización de la vida política"
