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Una central de biomasa de 100 millones acaba con dos décadas de parón en Galicia

► La Xunta expone el plan de 49,9 MW de Greenalia entre las ganadoras de la subasta de renovables de 2016 ► Equivale al consumo anual de la hostelería

Restos forestales para biomasa. // Marta G. Brea

A pesar del evidente potencial, la última planta en la comunidad para la producción de electricidad con biomasa se construyó en 1998, según los registros del Instituto Enerxético de Galicia (Inega). Hace, por tanto, casi dos décadas. La central Bioallarluz, ubicada en la localidad ourensana de Allariz, pertenece a Norvento. Con 2,3 megavatios (MW), es todavía hoy una pionera en el consumo de biomasa forestal primaria y sirve de centro de I+D para que la compañía gallega pueda ensayar la combustión de diferentes tipos de restos del monte, su uso también en cogeneración y la valorización de las cenizas como fertilizante. El sector era una de las grandes promesas para el desarrollo de las renovables en Galicia, pero al concurso que la Xunta lanzó en 2010 para nuevos proyectos le pasó lo mismo que a la puja eólica. Las instalaciones seleccionadas no arrancaban y el fin de las primas a las fuentes limpias acabó por dejarlas en el olvido. Ahora irrumpe con fuerza un proyecto que definitivamente va a desbloquear la situación. Greenalia, antes bajo el nombre de Renova, está en trámites para la construcción de una central de biomasa de 49,913 MW. El proyecto cuenta con una inversión de más de 100 millones de euros y se convertirá en la mayor planta de este tipo en Galicia.

La Dirección Xeral de Enerxía e Minas publicó ayer en el Diario Oficial de Galicia (DOG) el anuncio del inicio de los trámites de información pública tanto para la solicitud de la autorización administrativa previa -el nuevo permiso de actividad, concentrado ahora en una única administración y con menos burocracia- conjuntamente con la autorización ambiental integrada. La central, como ya había adelantado la compañía, se situará en el polígono de Curtis-Teixeiro, en A Coruña.

El proyecto técnico incluye, según figura en la documentación disponible para los organismos y entidades que quieran hacer alegaciones, un sistema de "recepción, tratamiento, almacenamiento y alimentación de biomasa", la caldera de producción de vapor y la turbina de generación, una subestación eléctrica de 66 kilovoltios y una linea de evacuación de "aproximadamente" dos kilómetros. El consumo de la planta rondará las 546.000 toneladas al año de biomasa "recogida, principalmente, en las provincias de A Coruña y Lugo". Incluso la de peor calidad será apta para la planta. Se prevén 8.000 horas de funcionamiento por ejercicio y una producción bruta de 375,7 gigavatios hora anuales, de los que unos 324 se verterán a la red para su consumo: el equivalente a la demanda de todo el sector hostelero.

La inversión en la macrocentral que revolucionará la producción eléctrica con biomasa en Galicia estará entre los 100 y los 125 millones de euros y se prevé crear alrededor de 40 empleos directos y otros 500 indirectos.

"Estamos pendientes del avance de la tramitación administrativa y a la vez vamos resolviendo otras cuestiones necesarias para la puesta en marcha de la planta", explica Manuel García, consejero delegado de Greenalia, que estima que las obras podrán empezar en octubre. Durarán dos años, por lo que el proyecto "podrá cumplir sin problemas" el plazo marcado por el Ministerio de Energía para el encendido de las instalaciones adjudicatarias de sus subastas de renovables.

Porque Greenalia fue una de las empresas ganadoras de la subasta de potencia renovable que el Gobierno organizó a principios de 2016 para la retribución específica que relevó a las primas al sector, un pago excepcional que quedó reducido a cero por los grandes descuentos ofrecidos por las empresas en el proceso. Las adjudicatarias de la primera subasta cuentan con la ventaja de que podrían arañar algún incentivo en la revisión que el Ministerio de Energía hace de los costes en la generación eléctrica.

La compañía con sede en A Coruña obtuvo una cuota de 50 MW que va a desarrollar en la planta de Teixeiro después de años de espera. Los primeros trámites arrancaron en 2009. Para el proyecto fue clave que la Xunta derogara el límite impuesto a la potencia máxima en las centrales de biomasa, únicamente 10 MW. La Consellería de Economía, Emprego e Industria derogó la normativa dentro de la ley de acompañamiento de los presupuestos autonómicos de 2017. El sector le advertía que, con ese techo, era imposible el impulso a nuevas centrales. "Galicia era la única comunidad que tenía esa limitación y, al quitarla, se puso a la comunidad en igualdad de condiciones con el resto del país para el desarrollo del sector", destaca Manuel García, que es también el presidente de la patronal gallega de la biomasa.

Greenalia cuenta, además, con 75 MW de eólica en cartera. Los adquirió al consorcio Kaekias que lideraba el promotor coruñés Ángel Jove y que logró esa cantidad de megavatios en el concurso eólico de la Xunta de finales de 2010. Manuel García revela que se presentó con ellos a la segunda subasta de renovables del Gobierno central en mayo, sin éxito. Lo volverá a intentar en la tercera puja, ya en tramitación, con la que el Ministerio de Energía sacará otros 3.000 MW en breve.

Manuel García - Ceo de Greenalia

"Estamos pendientes del avance de la tramitación. Las obras comenzarán en octubre y se llegará sin problemas a los plazos del Ministerio de Energía"

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