Queda menos de una semana para que los aspirantes a ingresar en alguna de las tres universitarias gallegas demuestren lo que saben en la nueva prueba de acceso a la educación superior, la ABAU. Además de la fase obligatoria dispondrán de la parte voluntaria para subir la media, y en muchos casos les va a hacer falta, ya que las notas de corte -es decir, la nota que se corresponde al último alumno matriculado en la titulación correspondiente- se incrementaron en más de un centenar de grados entre este curso y el anterior. Eso supone que fue más difícil en dos de cada tres grados (el 64%).

En concreto, entre las universidades de Vigo, Santiago y VigoSantiago A Coruña han impartido este curso un total de 162 titulaciones, de las que dos son nuevas y 104 han visto aumentar la nota de corte con respecto al anterior año académico. Esta situación se produce sobre todo en las universidades de Santiago y de A Coruña, donde los grados revalorizados en calificación suponen siete de cada diez de los ofertados. Así, en el caso de la universidad compostelana serían en torno a cuarenta los grados que exigieron mayores requisitos que un año atrás, mientras que en la institución herculina superan los 30 lo que protagonizan una tendencia ascendente.

El caso de la Universidad de Vigo es ligeramente diferente. Aunque la mayoría de los grados que se imparten en alguno de sus tres campus han cerrado la matrícula de este año con una nota superior a la del curso 2015-2016, aquellos que han visto cómo se rebajaba la calificación o, al menos, que se mantenía igual, suponen el 45% del total.

Lo que también permiten constatar las notas de corte publicadas por la CiUG, que será la encargada de gestionar los exámenes de la ABAU, como hasta ahora los de selectividad, es que resulta más complicado acceder a los grados sanitarios, aunque incluso la puntuación de estas titulaciones queda ensombrecida, desde que se han creado, por la de los alumnos que se las verán con dos títulos a la vez (simultaneidad de estudios).

Las líderes de la clasificación

De cómo el tiempo, las modas o la demanda laboral modifica la inclinación de los estudiantes da muestra el hecho de que, hace un lustro, en el curso 2011-2012, era Medicina la carrera más exigente (un 11,598), seguida por Odontología, con un 11,018, ambas en Santiago. Entonces el último inscrito en Ingeniería de la Energía, que imparte Vigo, también podía presumir de expediente: un 10,036. En la universidad olívica solo le hacía sombra Traducción e Interpretación Español-Inglés, que exigió entonces un mínimo de 10,492. En cambio, Enerxía cerraba su cupo este curso con un cinco raspado. En el caso de las titulaciones sanitarias, aunque el atractivo de Medicina se ha revalorizado con la cuarta nota de corte más elevada de todos los campus -12,278- y el de Odontología también -11,850-, se queda atrás si se lo compara con las nuevas líderes de la clasificación, todas dobles grados: Matemáticas y Física (13,310), Ingeniería Informática y Matemáticas (12,390) y Comunicación Audiovisual y Periodismo (12,360).

En los campus de Santiago y Lugo, otros dos grados superan la barrera del 10 que antaño era lo máximo a lo que podían aspirar los estudiantes: Química y Física (12,064), Química y Biología (11,622), Veterinaria (10,592) y Periodismo (10,530). En A coruña es Fisioterapia (10,400) y los dobles grados de Derecho y ADE (10,132) y Biología y Química (11,470) los que barrieron el viejo límite. En Vigo siguen los mismos pasos la carrera de Ingeniería Forestal, en el campus de Pontevedra, con un 10,244, Traducción e Interpretación de Inglés (que sigue estando difícil, con un 10,846) y la novedad, Ingeniería Aerospacial, con un 10,178.