El primer gran cambio del mapa de transporte en autobús en Galicia se abrió ayer con un procedimiento para contratar el servicio en 38 zonas comarcales y cuatro líneas de larga distancia en agosto. El sistema variará en gran parte de la comunidad al integrarse el transporte escolar en el de viajeros, que podrán subirse al bus de los alumnos. Al usar sus paradas, estas pasarán de 2.100 a 4.500 en alrededor de 200 concellos, sumando 1,7 millones de habitantes. La Xunta, además, fija en 1,4 euros el precio del viaje -para los de larga distancia se establece por tarifa kilométrica-, lo que supondrá en la mayor parte de casos no alterar el coste actual, y "garantiza el equilibrio económico" de los contratos.

| Antecedentes. En 2010, la Xunta prorrogó por una década 129 concesiones de transporte público de viajeros, de las 143 existentes. El año pasado, el Tribunal Supremo anuló esa decisión porque incumplía el máximo de diez años para un contrato fijado por la UE. Muchas empresas desistieron de prestar un servicio que entendían deficitario agarrándose a un resquicio legal y renunciaron a 69 concesiones, aunque la Xunta forzó que siguiesen prestando el servicio un año para evitar que miles de personas se quedasen sin él. Las firmas reclaman indemnizaciones y el Consello Galego da Competencia investiga si existió un pacto prohibido para renunciar al unísono a los contratos.

| Nuevo sistema en dos fases. La Xunta publicó ayer los anteproyectos de contratos de explotación de 38 zonas y cuatro rutas de larga distancia, con los que cubrirá el vacío de las citadas renuncias. Tras un plazo de alegaciones de 10 días, se formalizarán los contratos en junio y se iniciarán en agosto. El valor del conjunto ronda los 50 millones de euros y se refiere a 22 meses prorrogables otros dos. En 2019 se modificará el plano total de la comunidad.

| Viabilidad. La conselleira de Infraestruturas, Ethel Vázquez, aseguró ayer en la presentación de los anteproyectos que la rentabilidad de cada contrato está garantizada. La fórmula pasa, según fuentes de su departamento, por agrupar en cada uno rutas deficitarias, pero necesarias para no dejar a parte de la población sin servicio -especialmente en zonas del interior de Lugo y Ourense-, con otras jugosas, de forma que el equilibrio está blindado y se evita el riesgo de renuncia.

| Rutas "integradas". Medio millar de rutas escolares cuentan con plazas vacantes entre los niños, que ahora podrán usar viajeros. El horario se mantendrán casi inalterable para cumplir con las aulas, al igual que los itinerarios. Los ciudadanos, por tanto, dispondrán de más paradas, pues podrán subirse al bus donde antes solo lo hacían los alumnos. En las áreas urbanas esta opción casi no se implantará porque los buses escolares están llenos. La presencia de un acompañante de los pequeños resulta obligatoria. En todos los contratos hay rutas integradas salvo en tres de larga distancia: Marín-Pontevedra, A Coruña-Lugo-A Mariña y Lugo-Ourense-Vigo.

| Complemento con taxis. Las rutas "integradas" podrán ofrecer el servicio antes de recoger a los niños para llevarlos al colegio y después de que salgan con vehículos adaptados a las necesidades, basadas en la demanda de la población. Incluso podrán ofertarlo mediante taxis si apenas existen viajeros.

| Empresas. La Xunta alega que ha fraccionado los contratos para elevar las opciones de las pequeñas y medianas empresas frente a los gigantes del sector del transporte. De media, los contratos establecen la necesidad de una flota de 13 autobuses para prestar el servicio, pero en algún caso tan solo se fijan cuatro, como entre Meira y Lugo.

| Rutas. Los 42 contratos que se adjudicarán el mes que viene afectan a enlaces como Marín-Pontevedra; O Grove-Pontevedra; O Grove-Vilagarcía; Salvaterra de Miño-Vigo; Forcarei-A Estrada-Pontecesures; Pontevedra-Bueu-Cangas-Vigo; A Cañiza-Vigo; Ourense, O Ribeiro o Dozón-Lalín, entre otros.