El gobierno de Lalín perdió ayer en pleno la moción de confianza presentada por el alcalde, Rafael Cuiña, vinculada a la aprobación del presupuesto de este año. Como era previsible, tanto el Partido Popular como el edil no adscrito, Juan José Cruz, dijeron no al desbloqueo de la cuenta municipal. Ahora, al menos a tenor de lo expresado por el ejecutivo local y la oposición, la aprobación del presupuesto podría demorarse un par de meses, a menos que PP o Cruz planteen una moción de censura, aunque la ley antitransfuguismo frenaría esta vía.

El cuatripartito lalinense quedó en minoría después de que en julio del año pasado Juan José Cruz (edil que pertenecía a Compromiso por Lalín) abandonase el grupo para adherirse al de no adscritos.

Los populares justificaron ayer su voto contrario a la moción de confianza alegando la "incapacidad de gestión" del cuatripartito liderado por Cuiña. El portavoz municipal del PP, José Crespo, le volvió a echar en cara la desconfianza de su grupo hacia "un gobierno de un populismo extremo y prepotente. "Negociar no es tomar el pelo y cuando hay un trato hay que cumplirlo", dijo, para referirse a la nula voluntad del ejecutivo local de sentarse a pactar el documento económico.

La edil de Facenda, Teresa Varela, dijo que la estrategia de la oposición solo busca "bloquear" al gobierno y la gestión municipal. La representante de Compromiso por Galicia (CxG) -el partido del regidor- pidió al PP que admitiese que sí hubo ofrecimiento para negociar. El teniente de alcalde Nicolás González Casares negó el descontento social aludido por Crespo poco antes y dijo que el gobierno de cuatro fuerzas comparte el objetivo del cambio. Y justificó la demora en traer el presupuesto a la pérdida de la mayoría, recordando que un año antes Lalín fue uno de los concellos gallegos que primero aprobó su cuenta municipal.

Por su parte, la portavoz de APAC, Lara Rodríguez Peña, defendió: "Me siento orgullosa de hacer historia con un gobierno alternativo que puso fin a 25 años de gobierno caciquil, clientelar y de derechas".

El concejal del BNG, Francisco Vilariño, aseguró que el gobierno propuso a los populares un pacto del presupuesto "sin líneas rojas". "Sean valientes y no mientan; hicieron cero propuestas, en las reuniones se sentaron y se levantaron".

Cuiña solo intervino en un último turno. "El PP tiene mi respeto y Crespo también, por eso pido disculpas por si hubo algo que os molestase, pero frenar este presupuesto es un paripé para retrasarlo y los únicos perjudicados son los vecinos, no este gobierno", advirtió. "Tienen la puerta abierta de mi despacho para hablar por el bien de Lalín y espero que yo también la del suyo",dijo a Crespo.

La posibilidad de una moción de censura fue expuesta de manera distinta por cada parte. Crespo aseguró que esa vía"era impensable hace un año".

"Somos de los que respetamos la voluntad del pueblo y nos toca hacer oposición y ahí queremos estar", declaró, antes de zanjar: "que yo sepa no hablamos de moción de censura". Pero es el pacto antitransfuguismo precisamente el que blinda al gobierno, porque los populares precisarían un voto más que el de Cruz para que la medida prosperase, al no ser suficiente el apoyo del citado concejal. Además el edil del BNG desveló que la normativa que favorece a los gobiernos salidos de las urnas impide a los concejales cambiar el sentido de su voto con respecto al pleno de presupuestos de la semana pasada. "No tienen capacidad por la Ley Antitransfuguismo, que se aplica, porque aquí hay un tránsfuga", dijo en alusión a Cruz.