Mucho repetía el refranero de nuestros abuelos que al campo no hay quien le ponga puertas. Ahora, con las nuevas tecnologías en permanente revolución, parece que tampoco se puede cercar ya el terreno asfaltado. Nuevas formas de movilidad, basadas en plataformas digitales, amenazan con la obsolescencia y pérdida de negocio a quienes no logren seguirle el paso a los cambios.

En Galicia, el impacto sobre el sector del transporte de viajeros por carretera, herido por la crisis en los últimos años, se adivina en el horizonte, para unos, y ya es motivo de quebraderos de cabeza para otros. Uber, la aplicación que pone en contacto a pasajeros con conductores profesionales, denunciada ante los tribunales por taxistas de varias urbes por competencia desleal, es aún una hipotética amenaza para el sector gallego. Sin embargo, Blablacar, la red social que conecta a personas que desean compartir vehículo para realizar el mismo desplazamiento, genera ya preocupación en los despachos de las compañías de autobuses. Juan Gómez, secretario de la Federación Galega de Asociacións de Transporte de Viaxeiros en Autocar (Transgacar), reconoce que esta forma de viajar, con 139.000 usuarios en Galicia el pasado año-un 12% más que el anterior-, les está haciendo "mucho daño". Gómez, que es además director general de Arriva Noroeste,afirma que su empresa ha visto disminuir la clientela en los últimos años, sobre todo en las líneas que conectan Lugo con A Coruña y Ferrol. Aunque no concreta cifras, está convencido de que la caída de viajeros es la otra cara de la moneda del auge de Blablacar.

Desde su desembarco en España en 2010, esta comunidad de usuarios -como se autodefine-no ha dejado de crecer en territorio gallego, tanto por el atractivo que genera el importante ahorro en gasolina y peajes derivado de compartir vehículo como por la posibilidad de encontrar rutas más directas, menos lentas o incluso a destinos que no existen en las líneas ferroviarias o de autobuses. De hecho, dos terceras partes de los recorridos publicados en su web no tienen equivalente directo en ninguno de estos medios. La búsqueda de un alivio para la cartera, con todo, explica más frecuentemente el éxito de su implantación, pues la mayor demanda se produce en trayectos para los que sí existen conexiones en el transporte tradicional. Carla Martínez, que viaja de cuando en vez desde la capital española a O Porriño, sintetiza con su experiencia los motivos ventajosos por los que cada vez más personas eligen Blablacar: "Lo uso los fines de semana y me resulta la mitad de barato que ir en tren y algo menos que si voy en bus. Pago un máximo de 30 euros, llego antes y, además, si es preciso, puedo acordar con quien conduce el punto en el que me recoge y deja".

El presidente de Transgacar, José Carlos Cumplido, reconoce que este modo de viajar beneficia "de forma inmediata al usuario" pero advierte de que ataca la "viabilidad" del modelo de transporte.

Según Cumplido, al actuar como "un operador más en el mercado", Blablacar provoca la disminución del "ya reducido número de viajaros" de los servicios regulares de autobús, lo que, a la larga, perjudicará también a los propios pasajeros, que "terminarán pagando más" por sus billetes o, incluso "verán desaparecer" aquellas líneas que dejen de ser rentables.

El sector del taxi, en alerta

Desde el colectivo de taxistas, la posible pérdida de clientela se analiza como una amenaza aun distante pero cuyos riesgos no se pueden soslayar. Bajo la regulación actual, que establece la ratio de una licencia de vehículo con chófer profesional por cada 30 taxis, a Uber solo le resulta rentable operar en Madrid, donde más empresas aprovecharon un vacío legal para lograr un número de autorizaciones. superior al actual. Sin embargo, el presidente de la Federación de Autónomos del Taxi de Galicia, Manuel Sánchez, asume que la multinacional recalará en las ciudades gallegas "en cuanto encuentre oportunidad de negocio".

Frente a estos nuevos desafíos, autobuses y taxis confían su estrategia de defensa en la vía judicial. Ambos colectivos han denunciado, como parte de sus federaciones españolas, el "carácter irregular"de estos servicios. Los acusan de no pagar los impuestos que sí asumen las empresas de transporte, como el IRPF o la seguridad social de los conductores, ante lo que, el sector del autocar, solicita además, "inspecciones" que "exijan" el cumplimiento" de la regulación del sector. Por ello, el reciente informe del letrado del Tribunal de Justicia de la UE, que define a Uber como un servicio de transporte al que cada país podría obligar a disponer de licencias para operar, ha sido recibido por ambos sectores como el indicio de que es en los tribunales donde pueden ganar la "batalla".

Uber tanteó posibilidades de negocio en Galicia

  • En cualquier buscador de Internet, la frase "alquiler de vehículos con conductor", acumula variopintos resultados para Galicia. Las ofertas, tanto para transporte turístico con chófer guía "a medida"como para desplazamientos en vehículos de lujo desde el aeropuerto a reuniones de trabajo o, incluso, a bodas, bautizos y eventos de solera similar, proceden de la docena de empresas dedicadas a estos servicios en la comunidad. Jesús Lurigados, presidente de Galeval, la asociación que agrupa a la mayoría de ellas, señala que el sector no espera la eventual llegada de Uber con especial interés. Aunque reconoce que alguna empresa ha recibido ofertas de la multinacional norteamericana, que opera mediante el tipo de autorizaciones que dispone el sector, "nada se llegó a fraguar por el momento".Fundamentamente, según Lurigados, porque la demanda está "estabilizada" y concentrada en un tipo muy concreto de clientela: ejecutivos que buscan la "exclusividad" y "disponibilidad", en vehículos de alta gama y conductores uniformados, que no les ofrece el servicio de taxi tradicional.Para el presidente de Galeval, lo prioritario para el colectivo que representa-al igual que para el del taxi-, es que la actividad de Uber se regule como garantía de que la competencia, de llegar a producirse, sea "de igual a igual". En lo que sí coinciden con el gigante tecnológico algunas empresas gallegas de alquiler de vehículos con conductor es en defender el incremento del límite de licencias para operar bajo esta modalidad -en Galicia hay 174- pues, con la actual tasa señala Lurigados, "no hay posibilidad de crecer".