El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, negó ayer que delinquir en la administración "salga barato" después de que dos extrabajadores de esta fuesen condenados por cobrar sobornos a cambio de amañar adjudicaciones en el caso Retablo. "Perdieron su trabajo. Es lo máximo que se puede pedir a un empleado público", dijo.

Carlos Gómez-Gil, extécnico de Patrimonio, y José Manuel Pichel, exarquitecto del Xacobeo, recibieron penas reducidas tras un acuerdo con la Fiscalía en un caso en que la Xunta intervino como acusación. El primero fue condenado a dos años de cárcel, inhabilitación durante seis, el embargo de 103.350 euros cobrados en sobornos y una multa de 2.190 euros; el segundo, a una multa de 720 euros, pero no fue inhabilitado.

Por otro lado, Feijóo defendió apartar del ámbito político el accidente del Alvia en Angrois en 2013, insinuando un nuevo rechazo de su partido, el PP, a la iniciativa que En Marea prevé presentar en el pleno parlamentario de la próxima semana para que la Cámara se posicione en torno a la apertura de una comisión de investigación en el Congreso, donde PP, PSOE y Ciudadanos ya la rechazaron. "No voy a hacer política partidaria con esta desgracia", declaró.