Primero la vía institucional y después la particular. La Consellería de Medio Rural planea desprenderse de casi cinco mil fincas que ahora mismo integran el Banco de Terras de Galicia y lo hará empezando por la cesión a concellos y después con la venta a particulares. En el punto de mira están unas parcelas que lastran su gestión debido a que non son aptas para el cultivo -por lo que se ceden a municipios, que pueden darles otros usos sociales- o son demasiado pequeñas -por lo que se venderán a particulares-. Esos predios suponen una carga burocrática que el departamento dirigido por Ángeles Vázquez quiere aliviar para enfocarla en sumar más fincas privadas y activar la movilización de grandes áreas, sus principales objetivos.

Esos deberes empezarán por la transferencia, este mismo año, de un total de 2.700 parcelas a ayuntamientos de la comunidad para favorecer su uso social, un proceso que esperan ver finalizado en la Consellería de Medio Rural a lo largo de este ejercicio. Una vez dado ese paso, se procedería al siguiente: vender a particulares parcelas pequeñas que ahora se alquilan a través del Banco de Terras de Galicia. Ese proceso, aseguran fuentes del departamento, no comenzará hasta que se finalice la cesión a los concellos, lo que en la práctica pospone esta operación a 2018.

Según explicaron a este diario desde la Administración autonómica, la intención del Banco de Terras de Galicia era tener un papel más activo -de "dinamización"- en la captación de predios de particulares, pero esa labor se vio "dificultada", argumentan, por la "fuerte carga burocrática del enorme número de fincas públicas incorporadas". Las medidas de "reducción" de esa carga son las que permitirán destinar "más recursos" a la incorporación de fincas de propietarios particulares y a dinamizar grandes áreas.

Porque el Banco de Terras está conformado sobre todo por fincas propiedad de la Xunta. Solo un 8 por ciento del total de terrenos puestos a disposición de agricultores y ganaderos es privado. El resto, más de 11.000 parcelas de las en torno a 12.500 con las que cuenta en su catálogo, son de Agader (Axencia Galega de Desenvolvemento Rural). Esa cifra incluye las 2.000 pequeñas que cumplen los requisitos para proceder a su venta directa a dueños de fincas colindantes.

Explican desde la Xunta que el precio estará en relación al montante de referencia que anualmente determina el Consello de la Xunta en función de la parroquia y de la productividad, aunque eso no obvia que puedan existir ciertas variaciones "por causas justificadas". En todo caso, señalaron a este periódico que se tratará de un precio no especulativo.

Si esta operación de venta tendrá que esperar, a lo que se ha puesto ya la Xunta es a transferir 2.700 parcelas a concellos. La cesión inicial se producía en la primera semana de mayo y la conselleira de Medio Rural, Ángeles Vázquez, destacaba entonces que gracias a la Ley de Mellora da Estrutura Agraria de Galicia los terrenos podían pasar ahora directamente a ser propiedad municipal de una forma más ágil y con menor carga burocrática que la tradicional cesión de tierras. La primera cesión la protagonizó el concello coruñés de Vedra, por ser una de las localidades que más parcelas tenía en el Banco de Terras. En ese caso, tras analizar hasta 230 parcelas se resolvió el cambio de titularidad sobre 64 predios.

También está en proceso de creación, según anunció entonces la conselleira, la Unidade de Asesoramento e Xestión de Explotacións (UAXE), una nueva oficina para fomentar el movimiento de tierras y activos entre explotaciones, especialmente de aquellos ganaderos que se retiran, para que sus bienes "sigan siendo útiles a otras granjas".