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Xestur avisa que vender suelo industrial a bajo precio hace peligrar sus cuentas

► Las parcelas, por debajo del precio de coste y mercado ► El plan de la Xunta reactiva operaciones con ventas por 28 millones en dos años; la sociedad debe 124

Parte del polígono industrial de Ponte Caldelas, gestionado por Xestur. // Gustavo Santos

La crisis económica abrió un agujero en una de las estrategias industriales de la Xunta, obligada a realizar hasta cinco rescates que sumaron 106 millones de euros para evitar la quiebra de la sociedad autonómica encargada de gestionar el suelo industrial en los polígonos de su propiedad. Para dar salida a ese stock, el Ejecutivo de Alberto Núñez Feijóo lanzó un plan de rebajas de hasta el 50% del precio inicial en 2015, gracias al cual Xestur (Xestión do Solo de Galicia) pudo vender en los dos últimos años bienes por 28,7 millones, resultado "muy positivo". El problema radica en que lo está haciendo a pérdidas, lo que eleva el "riesgo" para sus cuentas. En sus cuentas del año pasado, la sociedad ya advierte de la necesidad de frenar esas bonificaciones, pues dejan el precio por debajo del coste y del que está vigente en el mercado actual. "La sociedad no considera que sea necesario deteriorar nuestras existencias, asumiendo como definitivos, los precios bonificados establecidos como medida temporal y que atiende a otras necesidades o intereses", indica en el informe sobre su situación económica.

El problema para la Xunta se gestó durante el bipartito PSdeG-BNG que gobernó entre 2005 y 2009. Ideó un plan de construcción de polígonos industriales demasiado ambicioso, cuyo fracaso elevó de 30 a 180 millones la deuda de las entonces cuatro xestures provinciales, hoy refundidas en una sola sociedad. Sus compromisos totales, además, sumaban 900 millones de euros.

Cambio en 2014

La crisis destrozó esa estrategia y el PP asumió la Xunta en 2009 con un problema que en diciembre de 2014 quiso solucionar con rebajas de precios de suelo y naves de entre el 15% y el 50%. El objetivo era darle salida como fuese al stock y frenar la sangría de una Xestur que, entre 2013 y el año pasado, amplió cinco veces su capital para evitar la quiebra.

La estrategia ha dado resultados en parte, pero la propia sociedad considera que es momento de elevar precios de sus productos, so pena de incurrir en mayores pérdidas, tras los 106 millones de euros de rescates acumulados y una deuda que en la actualidad supera los 124 millones, siendo su acreedor único Abanca, tras una amortización de 56,5 entre 2014 y 2016. Solo el último año, las pérdidas de Xestur alcanzan los 10,2 millones, según detalla su balance económico.

"Las ventas bonificadas han generado una reactivación de la actividad económica y empleo, con la implantación de numerosas empresas demandantes de suelo y una importante reactivación de tesorería para Xestur, pero también generan pérdidas al vender, en muchos casos, las parcelas por debajo del coste, con bonificaciones al 50%", explica la sociedad. "Ello lleva al riesgo [...] de que [la sociedad] se vea obligada a asumir unos precios de mercado fijados, no precisamente por el mercado, sino por la realidad de las ventas de los últimos años", añade sobre una política de rebaja de precios que le impuso la Consellería de Medio Ambiente en 2014, pues la administración autonómica es la principal accionista de Xestur.

Las pérdidas de Xestur son "significativas" y la sociedad considera que es necesario frenar el plan de rebajas de la administración. Ha detectado que el precio medio del mercado se encuentra "muy por encima" del que pone sobre la mesa Xestur, que están incluso por debajo del coste de cada parcela.

La fuga de empresas a Portugal amenaza la competitividad de la comunidad

  • Portugal se ha convertido en una amenaza para la competitividad de Galicia, pues está logrando captar al otro lado de la raia numerosas firmas gallegas y del resto del Estado español. Más de una treintena de firmas operan ya en el país vecino, sumando 3.200 empleados, y todo apunta a que irá a más. Hace dos meses, por ejemplo, se conoció el plan para construir un "megapolígono" de 1,4 millones de metros cuadrados de superficie entre Valença y Cerveira, a 18 kilómetros de Tui.Parte del objetivo de la política de rebajas del precio de las naves industriales de Xestur obedecía al intento de frenar esa fuga empresarial al norte luso. En Ourense, el descuento llegaba al 50%, por ejemplo. Además, se abrió la puerta a alquilar solo el terreno y que el empresario levantase la instalación, manteniendo la opción de compra futura.La pujanza lusa incluso motivó la queja de la Xunta. El presidente autonómico, Alberto Núñez Feijóo, reclamó a Portugal una "competencia leal y una cooperación honesta" el mes pasado. Lo hizo, además, en Oporto, donde recibió la Medalla de Oro de la ciudad.El Ejecutivo gallego estudiaba acudir a Bruselas si detectaba la entrega de suelo industrial gratis en Portugal a cambio de contratar a vecinos de la zona. Feijóo también señaló como gancho el precio de la mano de obra: 13 euros/ hora por entre 17 y 20 en Galicia.

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