La universidad no satisface una de sus misiones fundacionales: formar al estudiantado en los perfiles profesionales que las empresas demandan a la hora de contratar. Es el diagnóstico que el sector privado ha planteado, alrededor de una mesa convocada por FARO en torno a la empleabilidad y la educación superior, en boca de Miguel Ángel Escotet, presidente de Afundación y rector del Instituto de Educación Superior Intercontinental de la Empresa (IESIDE); Fernando Jiménez, gerente del centro tecnológico Gradiant, o; Rafael Martínez, director de Recursos Humanos del Grupo Profand; y Alejandro Lino, estudiante de MBA Executive del IESIDE.

La conversación, moderada por Irene Bascoy, jefa de sección de este diario, arrancó con la coincidencia de los participantes sobre la necesidad de transformar radicalmente los pilares que sustentan tanto los horizontes como las herramientas de la actual universidad, a la que observan muy alejada de las "necesidades" del mercado laboral, con el que reivindican su "fusión".

Como raíz de esta distancia, Escotet,que cree precisa una "revolución" en la universidad, apunta hacia el freno "pernicioso" que le impone la burocracia al tratar seguirle el paso a las mutaciones sociales: "Mientras en Estados Unidos se puede crear una nueva titulación en seis meses, en España el simple cambio de una asignatura puede tardar más de un año". Si los cambios finalmente se producen, apostilla, "suelen nacer ya obsoletos".

La principal consecuencia de la falta de sincronía entre la formación ofertada y los nuevos "nichos"de trabajo, según los participantes, es que las actuales titulaciones no se adaptan a la versatilidad y los perfiles que exige hoy el mundo laboral: "En Galicia hay áreas para las que no hay suficientes titulados a la vez que hay carreras que no tienen salida. En el caso de las tecnologías de la información y la comunicación lo que faltan son titulados y no ofertas laborales. Aunque se hacen algunos esfuerzos, las universidades siguen ofertando títulos de hace un siglo", explica Jiménez. "Estoy seguro de que hoy en Ingenería de Telecomunicación emplean el mismo temario que hace 20 años, cuando estudié yo", añade. Lino respalda la hipótesis con la anécdota de un profesor asociado de una Politécnica que, recién contrato para dar una materia, descubrió que el manual de la asignatura "estaba descatalogado".

La rigidez de las instituciones de enseñanza, continúa el responsable de Gradiant, conlleva también un "exceso" de base teórica que "no se usa después" o que muchos docentes no conozcan de cerca cómo funciona una empresa porque"no trabajaron más que en la propia universidad".

Entre las posibles soluciones planteadas, el consenso llega de nuevo al citar la necesidad de que la formación práctica y su contacto con "la vida real" , como la califica Martínez, cobren mayor relevancia. En ese sentido, Escotet defiende la urgencia de sustituir el concepto de "formación terminal", que liga a la concepción de la titulación como el momento final de aprendizaje, por la apuesta por la "educación permanente", que exige la constante actualización.

Esta transformación, reconoce el responsable de Afundación, precisa de un cambio profundo de mentalidad en la sociedad, y especialmente en los demandantes de empleo. Sus futuros jefes les piden "ganas de aprender y comerse el mundo", "polivencia", "flexibilidad", "pasión" y "compasión", "talento y talante". Estas cualidades, junto con la formación en idiomas "que aun no forma parte del paquete básico del titulado, pese a lo que se pueda pensar," señala Jiménez-", y la disposición a emprender, en el sentido de enfrentar retos -adiciona el representante de Profand-, conformarían el combo básico en el currículo del aspirante a un puesto laboral. Deberes tan básicos como consultar la web de la empresa en la que se pretende trabajar antes de acudir a la entrevista, tampoco debe olvidarse, señalan los presentes, pues aunque parezca una práctica evidente, se han encontrado con que el 90% de los solicitantes de empleo no toma esta "precaución".

Respecto a los jóvenes que pese a poseer estudios superiores han tenido que emigrar, trabajan precariamente o en puestos que no se ajustan a su formación -en Galicia, uno de cada tres con entre 16 y 29 años está empleado como camarero o dependiente- , los convocados recetan consejos de tono semejante. Como extra a lo mencionado, Martínez destaca, además, de la importancia de "saber aprovechar lo que se tiene" en la "lucha" por alcanzar la pretensión personal , apunta al ensayo-error. Es decir, al "aprendizaje" que "forja carácter" surgido de equivocarse en una decisión, respalda Escotet.

Con la mente puesta en quienes aun no tomaron una decisión sobresu camino futuro, como los miles que se preparan para las próximas pruebas de acceso a la universidad, los participantes defendieron la importancia de dejar emerger la vocación. Ante una posible disyuntiva frente a la elección del itinerario universitario o el de la FP, concuerdan en que no son opciones excluyentes sino vías que pueden conectarse y emplearse como caminos de doble dirección, pese a que el modelo educativo no lo fomente de partida.