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Deberes al sector turístico: modernizarse

La Xunta advierte a las empresas de su "baja profesionalización" o trabas con los idiomas

Tres ingleses se subieron la semana pasada a un tren del Eje Atlántico rumbo a Vigo para asistir al partido entre el Celta y el Manchester United. Blandiendo dos de ellos sendas cervezas, comentaban lo difícil que les había resultado pedir su comida el día anterior en un local de A Coruña, de la que partieron hacia el estadio de Balaídos. Esa anécdota aislada representa uno de los campos que el sector turístico debe mejorar, según los "aspectos limitadores" que apunta la Extratexia do turismo de Galicia 2020, elaborada por empresarios y Xunta y que eleva el optimismo tras las cifras de visitantes récord del año pasado, pues se fija como meta recibir seis millones de personas en un año previo al próximo Xacobeo.

La filosofía de ese documento se centra en diferenciar Galicia como destino, potenciando su paisaje, gastronomía y cultura, como representante de un turismo calmado ajeno a la masificación, y trabajar para desestacionalizar la oferta y así captar flujos durante periodos diferentes a los tradicionalmente vacacionales.

El turismo aporta el 11% de la riqueza gallega y más de 100.000 empleos, pero cuenta con lastres que sus empresarios deben desterrar. En el empleo, por ejemplo, deben modificar un escenario caracterizado por "baja profesionalización en la atención al cliente e idiomas", empleo "estacional y de cierta precariedad" y "dificultad para absorber a los profesionales turísticos" formados en la comunidad. Este último punto supone una paradoja. Mientras se celebra con asiduidad la excelencia en las escuelas de hostelería de Galicia, la Xunta reconoce que los mejores alumnos optan por irse y potencian el problema del relevo generacional. "El sector tiene dificultades para absorber a los nuevos profesionales porque la baja rentabilidad y la estacionalidad empeoran las condiciones laborales", lamenta la hoja de ruta turística para esta legislatura, en la que la Xunta invertirá 239 millones de euros.

Como solución, se aboga por un "programa de prácticas" para los recién titulados que los ayude a quedarse en Galicia y que "sensibilice" a los empresarios turísticos de que "el personal cualificado supone una inversión".

En el fondo, la estrategia turística pone sobre la mesa las tareas pendientes del sector si quiere elevar su competitividad y rentabilidad y luchar contra la estandarización. En definitiva, constituye una llamada a la modernización y huir de la identificación de Galicia como lugar de bajo coste, a lo que contribuyen el "bajo conocimiento" de la comunidad en el extranjero y la "escasa conectividad aeroportuaria". "Imagen transmitida de Galicia como destino de "bajo coste" en algunos segmentos. El precio medio de los establecimientos reglados es uno de los más bajos de España", indica el plan, antes de señalar la "baja rentabilidad de muchas empresas" y la "oferta demasiado estandarizada" como causantes de una "guerra de precios". El coste por habitación en la comunidad alcanza los 58 euros de media y la meta fijada son los 60 a partir de 2020.

En ese punto, también se propone abrir una vía nueva para paliar la "escasa oferta orientada al segmento de turismo de muy alto nivel adquisitivo". ¿Cómo? Ofreciendo, por ejemplo, "experiencias a la carta", con estancias en los mejores hoteles, citas en los restaurantes más reputados, "visitas privadas a la Catedral de Santiago" u otros monumentos "singulares" o "minicruceros" por las rías. Como lugares en que captar clientes, más allá de la Unión Europea, se señalan Estados Unidos, Rusia, China, Brasil, México, Japón y Corea del Sur.

El déficit en el aprovechamiento de las nuevas tecnologías también lastra el crecimiento turístico. Utilizar las redes sociales contribuye a identificar mejor el perfil de cliente y sus demandas y, así, trazar una estrategia comercial más acertada. También resulta clave para captar a quienes aún no conocen Galicia. "Es vital", indica el citado documento, que los hoteles gallegos cuenten con webs modernizadas para gestionar reservas e informar de la oferta turística de la comunidad, sin limitarse a sus dependencias, así como defender su reputación. Se propone usar las "redes sociales" para lanzar concursos o elaborar audioguías y aplicaciones, por ejemplo, para cazar nuevos clientes. Mediante cursos y acciones formativas, la Xunta quiere facilitar el salto del sector a una nueva fase.

Los estudiantes, "embajadores" de su tierra

  • Una de las actuaciones más curiosas del plan turístico para los próximos cuatro años parte de un tópico: el amor de los gallegos a su tierra y la consiguiente morriña de quien emigra. Aprovechar esos sentimientos también puede aportar dinero, así que el Ejecutivo quiere "fomentar el rol de los estudiantes gallegos universitarios en el exterior como vendedores del producto turístico de Galicia".La administración invertirá 680.000 euros para lograr que los estudiantes "ejerzan de prescriptores" de la comunidad, con "labores de captación y posterior fidelización de las amistades" durante su periplo. Para formarlos, la Xunta quiere organizar jornadas anuales en las universidades. Para recompensarlos por una actuación sin más concreción, apunta como ejemplos "regalos o participación en un sorteo al regreso" de su estancia.De los 239 millones de inversión hasta 2020, la mayor cuantía irá a parar a "paisaje, recursos naturales y sostenibilidad" (88), seguido de movilidad turística (36) y diferenciación de la oferta (29).

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