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Víctor Manuel Álvarez: "En la red, el filtro es el sentido común"

El "hacker"de raíces gallegas posee uno de los premios de mayor prestigio de ciberseguridad mundial tras crear una aplicación que permite detectar virus

El programador Víctor M. Álvarez // FdV

Aunque los horizontes del emigrante alimentan los días de sueños, no siempre la imaginación alcanza para traspasar la nostalgia inmediata de quien deja la tierra para ganarse un futuro lejos. Seguramente por ello, al cruzar adolescente el Atlántico, al betanceiro Manuel García Quintela, no se le ocurría pensar siquiera la posibilidad de ser alguna vez abuelo. Bajo los soles caribeños, reparó durante años las vías férreas sobre las que la industria azucarera distribuía la caña a lo largo y ancho de la isla que lo acogió. Eran los años 20 en Cuba y ni siquiera las vanguardias futuristas imaginaban aun un ordenador.

Ahora, casi un siglo después, su nieto Víctor M. Álvarez García acaba de incoporar su apellido a la selecta lista internacional de las mentes expertas en informática. El cubano, que aprendió escuchando a la memoria familiar que existía un lugar llamado Galicia, acaba de recibir uno de los premios más prestigiosos de la ciberseguridad mundial: el que otorga anualmente el gigante ruso Kaspersky Lab con el objetivo de reconocer las mejores contribuciones al desarrollo de tecnologías para la protección virtual de dispositivos.

"Yara", que ya cuenta con su propia entrada en Wikipedia, tiene buena parte de la responsabilidad. El desarollo de esta herramienta, dirigida a profesionales y diseñada para la detección de virus y amenazas virtuales "mediante la detección de códigos maliciosos a través de patrones",lo ha impulsado al olimpo de la programación.Su éxito presente, basado en buena medida en su sencillez,encuentra sus raíces en el gusto por el detalle que ya practicaba el Víctor autodidacta de ayer.

Con interés desde pequeño por "conocer cómo funcionan las cosas por dentro", su curiosidad exploradora derivó en querer abrir, literalmente, 'las ventanas' de Windows para ver su interior: "No me interesaba dedicarme a la informática de 'alto nivel', centrada en el desarrollo de aplicaciones, sino que quería acercarme al lenguaje de la máquina para estar más en contacto con ella".

Después de licenciarse en Ciencias de la Computación en La Habana, Víctor comenzó a orientar su trabajo al desarrollo de antivirus, un campo al que la academia, en aquel entonces,atendía poco o nada pero que, desde hace una década, se ha convertido en un auténtico filón.

El boomerang de la historia quiso que, tras un tiempo trabajando en una empresa local, rehiciera los pasos de su abuelo y acabara en A Coruña en 2004. En la procura de un sueldo, un puesto a su medida apareció en Bilbao. En las oficinas de Panda Security, una de las "pocas" compañías españolas especializadas en generar soluciones de seguridad computacional, profundizó en la experiencia que ya portaba en su maleta, tanto como analista de programas y códigos informáticos maliciosos como en el diseño de herramientas que evitan su actuación. Desde hace unos años, trabaja en Virus Total, empresa adquirida por Google en 2012, dedicada a la provisión de "soluciones", con forma de aplicaciones y productos, a quienes se dedican al análisis e investigación en ciberseguridad.

Como parte de la cadena de intelectos dedicados a establecer los muros y candados virtuales que garantizan el uso seguro de un ordenador, Víctor adiverte que el crecimiento y profesionalización entre quienes se dedican al robo de información financiera y al espionaje industrial se ha traducido en un incremento del número y tipo de empresas que se interesan por su protección virtua. Con todo, cree que la actitud reactiva continúa predominando, tanto en las compañías como entre particulares: "La preocupación no surge hasta que pasa algo".

Aunque señala que no hay que "ponerse paranoico", sí cree que "hay peligros muy reales" en el uso cotidiano de la red, como el hurto de datos bancarios o el ransomware, "un programa malicioso muy de moda que cifra la información personal o empresarial contenida en un ordenador para pedir a su dueño un 'rescate' a cambio de no borrarla".

Para evitar pérdidas de control a estos niveles, la receta del experto cubano apunta a la apuesta por la formación y la inversión institucional y empresarial en seguridad informática. Sobre todo, porque la falta de educación en este campo es uno de los enemigos más vigorosos del usuario: "Aunque hay vulenerabilidades más difíciles de sortear, la mayoría de los ataques son prevenibles si se evitan comportamientos de riesgo como cliclar sobre enlaces, abrir correos o descargar archivos cuyo origen se desconoce".

Junto con esta prevención de rutina, en Internet recomienda aplicar "el filtro del sentido común", como trata de hacer en su uso"cauteloso" de las redes sociales. Víctor sostiene que, aunque en ocasiones exponenemos más información de la necesaria en la red, lo fundamental es aprender a protegerla para, en consecuencia, saber quien puede visualizarla o acceder a ella.

De todas maneras, recuerda que "debemos ser conscientes de que todo lo que se pone Internet es susceptible de ser visto en algún momento por todo el mundo, por lo que hay cosas que sí, es mejor no poner".

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