A finales de marzo, el Gobierno central activó una Oferta Pública de Empleo de 67.000 plazas en educación universitaria y no universitaria, Policía Nacional y Guardia Civil. De ellas, 19.000 serán para la Administración General del Estado; 28.000 para las comunidades autónomas y 20.000, para los ayuntamientos y entidades locales. Días después, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, convocó 1.043 plazas en la enseñanza pública. El líder del Ejecutivo gallego había anunciado otros 1.600 puestos para Sanidad pero estos últimos están pospuestos hasta que el Congreso apruebe los Presupuestos Generales del Estado.

Esta situación de atasco se produce cuando en los últimos cinco años, fruto de la crisis económicas y las restricciones impuestas por la Unión Europea, la administración autonómica no ha podido sacar todas las oposiciones que hubiese querido y solo ha podido cubrir, por expreso mandato del Gobierno central, el 10% de las jubilaciones y solo en servicios esenciales. Esta es la principal causa de que la Xunta haya reemplazado más de 9.200 empleos fijos por 7.200 temporales entre julio de 2011 y julio de 2016, según los últimos datos de la Consellería de Facenda recogidos por el Instituto Galego de Estatística (IGE).

Según estas cifras, el personal de la Xunta ascendía a 86.818 trabajadores el pasado mes de julio. Es prácticamente el mismo número que el semestre anterior (86.499) y que un año antes (86.382). Hasta 2011, el número de efectivos que trabajaban en la administración gallega rondaba las 90.000 personas. Desde entonces, la merma de la plantilla ha sido del 3,2%.

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En los últimos cinco años hay 2.024 personas menos en la Xunta. Pero el comportamiento entre los fijos y los eventuales no ha sido el mismo. Mientras los primeros han caído un 9,2%, los segundos se han disparado un 67% ante la imposibilidad de sacar nuevas oposiciones. En cifras globales, los fijos se han reducido en 9.268 y los temporales han aumentado en 7.209. En julio de 2011, el 86% de los empleados de la Xunta eran fijos. Cinco años después se han reducido al 77%. En cambio, el 12% eran temporales a mediados de 2011 mientras que en 2016 el porcentaje ha aumentado hasta el 20%. En estas cifras no se computa el personal en formación que pasó de los 937 a los 1.393. Un 48% más.

Por categorías, la mayor subida de la temporalidad se ha producido en los interinos al pasar de 3.018 a 5.698. Un 88% más. También por encima del 70% ha crecido el personal estatutario eventual, vinculado al sector sanitario (de 4.845 a 8.299). Menor porcentaje, aunque también por encima del 48%, ha sido el aumento de los laborales temporales (de 2.825 a 3.900).

El recorte de los fijos se mueve entre el 11% de los estatutarios (de 26.501 a 23.463), el 12,4% de los funcionarios de carrera (de 45.073 a 42.557) y el 12,5% de los laborales (de 8.240 a 7.206).

Por áreas de actividad, los profesores representan uno de cada tres trabajadores autonómicos (34%), mientras que los sanitarios son el 28% y los empleados al servicio de las consellerías y organismos autonómicos, el 18%. El mayor recorte de plantilla se ha producido en esta última área al descender un 7,8%. Más suave fue la bajada en los docentes con una caída del 3,6%, mientras que los sanitarios aumentaron un 1,4%. Y el comportamiento entre fijos y eventuales en las tres áreas ha sido similar: se han reducido los primeros y han aumentado los segundos. El caso más llamativo es el de los profesores temporales que han crecido un 186% en los últimos cinco años al pasar de 1.527 a 4.371. En cambio, los fijos cayeron un 13%.

El personal sanitario ha crecido un 1,4%, pero este aumento viene por la parte de los temporales que se incrementaron un 76%, mientras que los fijos bajaron un 11,9%. En el caso de los trabajadores de las consellerías y organismos autonómicos, los fijos cayeron un 10% y los temporales subieron un 4,9%.