Ya está todo sobre la mesa en la Operación Patos. La última prueba que faltaba, la toma de declaración como testigo a un exempleado de Eiriña -empresa central de la trama-, se practicó ayer en el Juzgado de Instrucción 7 de Vigo. El trabajador, un ingeniero encargado de la dirección de las obras, negó irregularidades en trabajos objeto de investigación. Y sobre los supuestos regalos que la empresa de Enrique Alonso Pais realizaba a políticos, declaró que de lo único que tenía él conocimiento era de que los propios empleados de Eiriña recibían una cesta en navidades. Alguna vez vio botellas de vino, pero aseguró que nunca observó nada relacionado con obsequios de joyería o relojería.

Más de una decena de abogados fueron a la comparecencia, que duró una hora y media y a la que no pudo asistir el fiscal al tener otro señalamiento a la misma hora. La declaración del testigo se demoró hasta ayer ya que trabaja en Guinea y la fecha tuvo que adecuarse a los días en que estaba en España. Al ser preguntado por expedientes de obras investigadas, negó cualquier tipo de tráfico de influencias. Llegó a señalar que Eiriña recibió por parte de las administraciones menos trabajos de los que se merecía dado que era una empresa seria con los proyectos, según informaron fuentes cercanas al caso. Aclaró que él hacia seguimiento de las obras una vez adjudicadas y en su cometido ya no entraba la cuestión de los presupuestos.

Salvo que algún investigado pida in extremis declarar, la instrucción de este caso con medio centenar de políticos, empresarios y técnicos imputados ya se da por finalizada.