Si varias asociaciones de pacientes y el Concello de Santiago pedían anteayer que se apartase a la actual Valedora, Milagros Otero, de sus funciones por entender que antepone intereses partidistas a los derechos de los ciudadanos, ayer era En Marea la que exigía su dimisión en el Parlamento a través de su portavoz, Luís Villares. Este cargó duramente contra su actuación y afirmó que su informe del año pasado es una "laudatio generalizada" de las actuaciones de la Xunta, a pesar de que las quejas relativas a la actuación del Ejecutivo gallego suponen "el 98%". Con ese argumento pidió una vez más su cese.

Villares ya había reclamado la dimisión de Otero a principios de este mes, cuando le reprochó "incumplimiento de sus funciones" y ser "absolutamente complaciente con la Xunta". Entonces la demanda no fue secundada por el resto de la oposición y ayer PSdeG y BNG se limitaron a reclamar de Otero "contundencia" y "valentía" en sus demandas contra las instituciones que no cumplen con los derechos de los ciudadanos.

Los reproches de la oposición se produjeron después de que la Valedora llevase al pleno su informe relativo a 2016, que ya había presentado en la Comisión de Peticiones y en el que menudean las quejas relativas a la sanidad. En su única intervención ante los parlamentarios, a los que luego no pudo replicar tras sus comparecencias, Otero defendió que "el Valedor no es el enemigo" y que "todas las instituciones reciben recomendaciones que a veces no comparten".

Pese a que el día anterior había recibido críticas a su trabajo, manifestó que no respondería con "ataques" y que "no caerá" en descalificaciones hacia otras instituciones. "Comprometo mi esfuerzo personal y el del todo el equipo del Valedor en defensa de los derechos de los gallegos", señaló, para añadir que desde la institución que dirige son "conscientes de la responsabilidad que implica" su trabajo y que la asumen "con humildad y entrega". Otero reivindicó además la "colaboración entre instituciones" para no entorpecer la defensa de los derechos de los ciudadanos. A ellos se refirió para señalar que el aumento de quejas demuestra su mayor confianza en una institución que ven, dijo, "eficaz y necesaria".

Los peros los puso la oposición. Aparte de Villares, quien proclamó que En Marea "defiende la institución de la defensoría del pueblo que debe hacer un control democrático del Ejecutivo y del Parlamento" y que "por eso" piden "la renuncia" de Otero, también hubo críticas desde las bancadas nacionalistas y socialistas. Los primeros, a través de Xosé Luís Rivas "Mini", saludaron por un lado "la resolución de los casos en los que ayudó", si bien creen que "falta valentía cuando se detectaron casos de abuso de la autoridad por parte de la Administración". "Es ahí en donde su institución debería afirmarse efectiva y, a nuestro juicio, no lo hizo", reprochó. Por su parte, el socialista Raúl Fernández requirió a la Valedora "firmeza y contundencia en la demanda a las instituciones para reclamar el cumplimiento de los derechos" de los ciudadanos.

En defensa de la Valedora salió la diputada del PP Paula Prado, quien valoró su trabajo para "solucionar las carencias del sistema" y "avanzar en la defensa" de los derechos de los ciudadanos. Criticó que En Marea pida su dimisión por el hecho de que reclame al Concello de Santiago el cumplimiento de unas recomendaciones. "La administración que más queja suma es la Xunta", apuntó, para preguntarse: "¿Tendríamos que haber pedido la dimisión? No, aunque no nos guste lo que nos diga".