En septiembre cumplirá 30 años este licenciado en Derecho Económico que trabajó en una agencia de viajes mientras avanzaba en su interés por la política hasta pasar por la dirección de las juventudes del PP en Vigo, en Pontevedra, en Galicia y, desde ayer, en España. Compaginará este puesto con su tarea como edil olívico.

-Un orgullo. Además, trasladaremos a toda España la impronta del PP de Galicia que ha permitido conseguir tres mayorías absolutas consecutivas.

- ¿Qué cambio va a aportar en Nuevas Generaciones?

-Tiene 40 años de vida, pero nosotros intentaremos adaptarla a la realidad actual. El objetivo fundamental es intentar que el mayor número posible de jóvenes se identifique con nuestro proyecto, ofreciendo apertura y cercanía; a aquellos que intentar cambiar las cosas debemos decirles que el PP les da una oportunidad y que no les impondremos nada más allá del respeto a la igualdad y la libertad. No les pediremos que sean monárquicos o republicanos ni les diremos qué tienen que pensar, como hacen otros partidos de la izquierda.

- ¿Cómo se enfrenta a la captación de un militante tras la detención del expresidente de Madrid, Ignacio González, por un nuevo caso de corrupción?

-Cualquier caso de corrupción mancha la honorabilidad de la política, unos pocos manchan el honor de miles de personas de un partido. Frente a la corrupción, tolerancia cero.

- En principio, las municipales de 2019 son la próxima cita electoral. ¿Qué meta se marca?

-Sentirnos útiles y la clave es estar en la universidad, en centros de FP, en la calle...

- La calle parece más tomada por la izquierda.

-Está más colonizada la universidad, pero no la calle. Nosotros estamos en ella. Ellos ofrecen recetas mágicas de fácil asimilación que aprovechan el desencanto, pero sus recetas se desmoronan.