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El acoso escolar sale del armario

-Expertos opinan que ahora se visibiliza más el abuso por una mayor "sensibilización" -Alertan de que es "preocupante" si produce "angustia" acudir al centro educativo

Charla policial en Campolongo sobre riesgos de internet. // R. F.

El 17,8 por ciento -casi uno de cada cinco- de los adolescentes gallegos de 15 años asegura sentirse víctima de acoso escolar17,8 por cientoadolescentes gallegos de 15 añosvíctima de acoso escolar, como revelan los datos recopilados en el informe PISA sobre bienestar estudiantil que aúpan a Galicia, a la par con Canarias, a la parte alta de la tabla autonómica al tener el mayor porcentaje de estudiantes que afirman sufrir este problema y varias veces al mes. La media de la OCDE es prácticamente similar -19% frente al 18,7% gallego y el 14% español- y ha desatado la alerta de los responsables del organismo, que califican el problema de "alarmante", como aseguró su directora gerente, Gabriela Ramos.

Sociólogos gallegos no descartan que haya motivos para "preocuparse", pero a la vez señalan que con el acoso escolar ocurre algo parecido a lo que sucedió con la violencia de género: existe una "mayor sensibilización" social hacia el tema, lo que conlleva "una mayor visualización".

"Existió siempre y ahora es más visible y se le da más importancia y hay una sensibilización mayor", explica Jorge García Martín, sociólogo de la Universidade de Santiago. Eso tendría un efecto positivo, añade, porque los números sobre la mesa empujan a tomar "medidas", como sucedió con la violencia de género. Porque, advierte, el acoso puede tener consecuencias "fatales" y por ello debe "prevenirse" desde las familias, a través de la educación en valores y de enseñar a los niños a "identificar" situaciones de acoso, y desde el centro educativo, a través del docente.

En la apreciación de que el fenómeno se percibe más porque la sociedad está más sensibilizada respecto al problema coinciden tambiénJosé Durán, sociólogo de la Universidade de Vigo, y el psicopedagogo y maestro de infantil en A Coruña Francisco Chas. Estos expertos añaden que el hostigamiento de unos alumnos hacia otros en el centro educativo no es cosa de ahora. De hecho, Durán especula con que "probablemente este tipo de comportamientos fueron peores antes" pero que "nunca hubo en los últimos años una sensibilización tan grande" y apunta que "cuando uno busca, encuentra", aunque a veces no sea "para preocuparse".

El papel de las redes sociales

Lo que sí sería novedoso, además de esa difusión en la que incide, según Chas, el que la información fluya más rápido y "a veces de forma contradictoria y poco fiable y puede dar la sensación de que hay más", es que ahora el bullying tiene unos brazos más largos y llega más allá del patio del recreo en particular o de las instalaciones del centro educativo en general gracias a las nuevas tecnologías. "Las redes sociales favorecen que esto de algún modo se acentúe", afirma, lo que suscribe García Durán.

En todo caso, apuntan ciertas "reservas" respecto a la lectura de los datos numéricos de PISA, dado que falta por definir cuáles son los "límites" de los comportamientos, cómo se hacen las cuestiones, el contexto, qué se entiende por acoso... Durán ve los aspectos aludidos demasiado "vagos" como para invitar a conclusiones "alarmantes". Apunta, como García Marín, que encuestas como la realizado por la Consellería de Educación sobre convivencia en las aulas no reflejan que las familias perciban el problema de forma tan acusada. Durán añade además que hasta ahora los estudios realizados en el país sobre el colectivo más joven revelan cómo el colegio es la segunda institución que más aprecian, solo precedida por la familia, al sentirse "bastante satisfechos y cómodos" allí porque "se lo pasan bien" con sus amigos.

La cuestión es cuando los estudiantes afectados por comportamientos abusivos "reiterados y que producen secuelas" -aspecto este que enfatiza García Marín- no quieren ir al colegio o instituto. Esa es la frontera que pone Durán para preocuparse: cuando el acosado "siente tristeza y angustia por acudir al centro escolar porque lo acosan". Para Chas si "hay maltrato es algo malo" y "alarmante", aunque matiza que a veces "se llama acoso a lo que no lo es".

García Marín cree que del estudio de PISA "hay que tomar nota" porque la situación de acoso la vive cada niño de forma "personal". En esa línea, considera que "hacemos bien preocupándonos porque el problema puede tener consecuencias fatales". En todo caso, apunta, no es un problema exclusivo de Galicia, y "analizarlo y ponerle número a lo que está pasando ahí" es "relevante" para visualizarlo y tomar "medidas", de forma "similar" a la violencia de género.

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