Galicia destaca en la Unión Europea por poder presumir de un envejcimiento activo y saludable. Así se lo han reconocido reiteradas veces las autoridades europeas a la Consellería de Sanidade. Este es el aspecto positivo de contar con una población que gana en esperanza de vida. Los problemas, entre otros, surgen cuando no se garantiza el relevo generacional, y en Galicia cada vez hay más mayores y menos niños, y los datos recopilados por Europa lo muestran. Ourense y Lugo se sitúan, respectivamente, en tercer y cuarto lugar en un listado de casi dos mil provincias europeas o equivalentes, en porcentaje de residentes de 80 o más años, que supondrían el 11,6% en el caso de Lugo mientras en Ourense llegarían al 11,9%.
Aunque en la clasificación de 80 o más años se ubica en una tercera posición en Europa, lo que ocurre también si se analizan los habitantes que han cumplido al menos los 85 (con 6,1 y un 6%, respectivamente), Ourense consigue subir dos puestos, hasta el segundo lugar de todas las provincias analizadas por Eurostat si lo que se examina son los gallegos en edad de jubilación (65 o más años). En ese caso el porcentaje llega al 30,7% y solo es superior en Evrytania (en Grecia) mientras Lugo retrocede al undécimo lugar con un 28,7%.
En ambas provincias, además, la elevada presencia de pensionistas influye en que las medias de edad se incrementen hasta los 51 años (Ourense) y 50 (Lugo). Para encontrar los rastros de las otras dos provincias gallegas, Pontevedra y Ourense, entre las zonas europeas con edades medias más elevadas hay que descender bastante en el listado: hasta el puesto 412 para A Coruña y hasta el 748, para Pontevedra. En todo caso, siguen siendo cifras altas, de 46,4 años y de 44,6 años.
Cuando se observa la franja de los más pequeños de la casa, queda en evidencia la discrepancia. Solo 3,8 de cada cien vecinos de la comunidad gallega no han soplado todavía cuatro velas, lo que condena a Galicia, una vez más, a los puestos del furgón de cola de Europa, pero ese porcentaje de los más jóvenes del censo es solo del 3% en Ourense (quinta provincia por la cola entre los datos recopilados por Eurostat) y 3,2% en Lugo (que ocuparía el duodécimo lugar).
Aunque la franja se amplíe hasta los 14 años, las provincias del interior de Galicia siguen entre las más rezagadas. En Ourense tendríade 0 a 14 años el 8,7 por ciento de la población, lo que la condena a ser la segunda zona de Europa con un dato más bajo (aunque le gana Zamora), y Lugo se situaría, otra vez, justo después, con una décima más.
Estos datos no son novedosos. En los informes de la UE se destaca cómo los mayores tienen un peso muy elevado en zonas rurales y regiones "remotas" de Grecia, España, Francia y Portugal. La crisis demográfica que arrastra Galicia por su baja natalidad se remonta ya a más de un cuarto de siglo atrás, si se tiene en cuenta solo su saldo vegetativo (diferencia entre nacimientos y muertes).
Eurostat confirma que además el fenómeno va a más: en 2014, el porcentaje de pensionistas en Ourense era del 30 por ciento y dos años después ha crecido siete décimas más. En Lugo han sido tres décimas, hasta el 28,7 por ciento. Si se utiliza ese criterio de mayor porcentaje de residentes de 65 o más años, A Coruña estaría en el puesto 252 de las provincias europeas, con un 23,7% de mayores (8 décimas por encima que la cifra de 2014) y Pontevedra, en el 613, con un 21,4%, aunque sería donde más subió (desde el 20,4%).
