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Los productores podrán evitar que se identifique en el etiquetado el origen gallego de la leche

El decreto que prepara el Gobierno para mejorar la información al consumidor solo obliga a señalar el país de ordeño y de transformación del alimento en crudo y sus derivados

Una empleada de un supermercado señala envases de leche // FARO

Lo pueden comprobar con un vistazo rápido en la sección de lácteos de cualquier supermercado. Pocos son los envases que identifican el origen. Y no es algo ilegal. El reglamento que la Comisión Europea lanzó en 2011 para armonizar la información alimentaria que hay que trasladar al consumidor, y particularmente el etiquetado de los productos, así lo establece. Las autoridades comunitarias se plantearon ir más allá y ampliar los criterios, pero, como recuerda el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, "hasta el momento no ha adoptado ningún acto legislativo". Sí lo hará el Gobierno español, que se agarra a que ese mismo reglamento permite a los estados miembros a "adoptar medidas nacionales sobre la indicación obligatoria del país de origen o del lugar de procedencia", sobre todo si "su omisión pudiera inducir a error al consumidor". Los vecinos Portugal y Francia, grandes competidores del sector, lo han hecho; también Italia, Grecia, Finlandia y Lituania. Así que España considera que la competitividad de la leche autóctona está en peligro y ultima un real decreto que efectivamente exige recoger en la etiqueta "el nombre del país". Pero nada más. El "origen regional o territorial de la leche" será optativo.

Galicia, que ronda el 40% de la producción de leche en España, se queda sin la oportunidad de afianzar públicamente, a los ojos del consumidor, la gran relevancia de la comunidad en el sector y dar un paso más en la concienciación de unos precios dignos.

La norma, que estará en vigor durante dos años para luego informar de los resultados a Bruselas, afecta a todos los productos lácteos. Además del alimento en crudo, el etiquetado de origen implica a la nata, suero de mantequilla, cuajadas, yogur, kefir, lactosuero, mantequilla y otras materias grasas de la leche, quesos y requesón.

En la última versión, fechada el 29 de marzo, el borrador del proyecto de real decreto del ministerio subraya que el origen de la leche y los productos lácteos es "ciertamente" una información "demandada por la mayoría de consumidores en España, según las encuestas de hábitos de consumo y la consulta pública realizada" con anterioridad a concretar la norma. "En general -añade-, esta información tiende a ser percibida como un atributo positivo, asociado a la calidad del producto".

España no quiere quedarse atrás ante las "regulaciones similares establecidas en otros Estados miembros del entorno" para "facilitar" al cliente "su derecho de elección de compra". Las directrices de Bruselas entienden por país de origen cuando entran más de uno en la cadena "aquel que en el que se haya producido su última transformación o elaboración sustancial". La aplicación de ese concepto a la leche y sus derivados, según el departamento que dirige Isabel García Tejerina, "podría producir situaciones donde la leche ha podido ser ordeñada o transformada en países diferentes al país de origen del producto final". "Lo que -añade- no permitiría informar suficientemente a los consumidores sobre el origen de la leche empleada".

Por eso el etiquetado diferencia entre el país de ordeño y el de transformación. Ambos deben aparecer recogidos, salvo "si puede demostrarse" que las dos etapas están en uno solo. Si son en varias, el futuro decreto permite utilizar, según corresponda, las siguientes expresiones sobre el origen de la leche: "varios países de la UE", "países de fuera de la UE" y "países de la UE y de fuera de la UE. Las indicaciones "en modo alguno estarán disimuladas, tapadas o separadas por ninguna otra indicación o imagen u otro elemento interpuesto".

Por "el interés comercial de la información" , el ministerio considera "oportuno" añadir información adicional con carácter voluntario para las empresas alimentarias: una información "más precisa" de "origen regional o territorial de procedencia".

Para comprobar que todo es correcto, el decreto reclama a las empresas del sector "documentos, sistemas o procedimientos adecuados" para "demostrar ante la autoridad competente" que el origen es el que aparece en la etiqueta.

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