Luís Villares y sus fieles se aliaron ayer con los dos sectores minoritarios de En Marea para enmendar al bando oficial y permitir al primero ser portavoz del partido. El coste de la maniobra será elevado, pues provoca la propia división interna y el estallido de la colaboración entre quienes capitanearon la puesta en marcha de la formación. Como evidencia, entre los once miembros de la coordinadora no aparece nadie de las cúpulas Anova, Marea Atlántica, Podemos o EU, cuyos cuadros concurrieron a las primarias en una candidatura que lideró Villares.

El Consello das Mareas de ayer, finalmente, sí marcará un antes y un después en el partido rupturista. A la cita llegaron los 32 miembros de la dirección -hubo tres ausencias- con la presión del histórico Xosé Manuel Beiras a favor de que Villares sumase a su puesto de portavoz parlamentario el de referente orgánico. El dilema se planteaba al vetar esa condición la propuesta interna de la lista "Máis Alá!", que copó 21 de esos 35 asientos en las primarias y en el que, paradójicamente, participaron de números 1 y 3 Villares y Beiras.

La cuestión fue sometida finalmente a votación tras días de negociación. El ya portavoz orgánico tenía dos opciones. Mantenerse con sus hasta ayer aliados o sumarse a las listas minoritarias y críticas de "Somos quen", con opuestos al sector oficial de Anova, y "Queremos participar", impulsada por el colectivo Cerna, escindido del partido fundado por Beiras. Eligió la segunda cuando se votaron la propuesta de "Máis Alá!" para elegir tres portavocías rotatorias -sin que Villares pudiese acceder a ellas para diferenciar la acción institucional de la construcción del espacio rupturista- y la del hasta ayer sector minoritario, que pedía designar al exjuez como único referente.

Ese último modelo ganó por 18 votos a favor y las abstenciones de Villares y Beiras, que no refrendaron el sistema que sí defendieron ante las bases en las primarias de enero tras una desgastadora discusión con sus socios. Estos, los doce miembros restantes, no participaron.

El núcleo central del bando mayoritario se quebró en ese momento, lo que compromete seriamente el mantenimiento de En Marea como ahora, su expansión y la cohesión de su grupo parlamentario. "Desde ahora se acabaron las listas", expuso Villares rodeado de los once miembros de la coordinadora.

Minutos después se evidenciaba no solo la fractura interna, sino una guerra inminente. Villares mantiene aliados, pero las cúpulas de Marea Atlántica, Anova, Podemos -en el Consello das Mareas la presencia es pequeña y es contraria a la dirección gallega-, Esquerda Unida y algunas mareas locales ya son sus enemigos, pese a presentarse todos de la mano a las primarias de enero.

Rafa Dopico anunció rodeado de representantes de este bando que impugnarán las decisiones de ayer porque entienden que, tras ganar la consulta interna a las bases, los documentos de "Máis Alá!" deberían haberse aplicado de forma íntegra, tanto en su propuesta de portavocías como de coordinadora. Su queja, dijo, se planteará en la próxima asamblea con las bases de En Marea, que debe celebrarse cada seis meses.