Según el Plan Hidrolóxico Galicia Costa 2015-2021, la comunidad gallega presenta un buen estado de sus acuíferos y en la parte atlántica, de los mas de 1.400 puntos de muestreo de Augas de Galicia, solo 33 presentaron unos niveles de nitratos más altos de los 50 miligramos por litro permitidos debido a la contaminación por el uso de purines ganaderos en la fertilización de las tierras. De las 18 masas de agua subterráneas fijadas por este documento, estos valores elevados se dan en las masas de agua de Caldas-O Salnés, O Morrazo-Pontevedra-Vigo-Baiona, A Coruña-Betanzos-Ares-Ferrol, A Costa da Morte, Muros-Noia, Ribadeo, O Valadouro y Ulla.

La Xunta destaca que los acuíferos gallegos se encuentran en buen estado. El impacto de los purines y de los abonos químicos se considera insignificante para la mayoría de los acuíferos, aunque se estima un cierto riesgo en puntos de alta actividad como la comarca de A Limia donde se concentran explotaciones de pollos y cerdos en régimen intensivo.

Por eso, Augas de Galicia trabaja en un plan para declarar en la comunidad las zonas vulnerables a nitratos para controlar el uso de purines.

Desde 1991 existe la Directiva de Nitratos de la UE que promueve el uso de buenas prácticas agrícolas, para reducir la contaminación por nitratos de las aguas debido a excesos de fertilización y riegos. La norma obliga a los Estados miembros a desarrollar programas de acción dirigidos a prevenir, controlar, minimizar y mejorar la contaminación de las aguas por nitratos.

La directiva comunitaria derivó en la normativa española a través de un decreto aprobado en febrero de 1996 sobre protección de las aguas contra la contaminación producida por los nitratos procedentes de fuentes agrarias que obliga a las comunidades a demarcar las áreas de las aguas subterráneas afectadas en cuencas intercomunitarias y la designación de zonas vulnerables. Destaca el caso de Castilla-La Mancha con la mitad de su territorio marcado como área afectada por nitratos (45,8%). La cornisa cantábrica, Galicia, junto con Asturias y Cantabria, no presenta, sin embargo, ninguna designación de zonas vulnerables a estos contaminantes.

En España el valor máximo permitido de nitratos en el agua potable se fijó en 2003 en 50 mg/litro. Para reducir la contaminación producida por nitratos de origen agrario todas las comunidades deben contar con un Código de Buenas Prácticas Agrarias (CBPA) que los agricultores podrán poner en práctica de forma voluntaria, cuando no estén en zonas vulnerables. El Código aconseja como limitar la cantidad de fertilizantes nitrogenados y de estiércol, restringir su aplicación en algunas épocas, almacenar estiércoles y purines o dejar de aplicarlos en suelos inundados o nevados y apostar por sistemas de riego a presión.