Mientras sobre la mesa está la negociación de un pacto social y educativo para abordar la reforma de la Lomce y reemplazarla por una nueva ley, los estudiantes preuniversitarios estrenarán este año uno de los principales cambios que trajo consigo, la evaluación final de Bachillerato. Aunque no será reválida, como quería el Ejecutivo en un principio, sí decidirá el destino de los jóvenes que quieran estudiar una carrera en alguna de las tres universidades gallegas, como hacía hasta el año pasado la selectividad. En torno a 9.800 estudiantes, si se mantiene el porcentaje de participación de los alumnos de Bachillerato en la prueba en niveles similares al año pasado -dos de cada tres- afrontarán un examen que se parece mucho al selectivo, aunque ahora se llame EBAU, ABAU en Galicia (Avaliación de Bacharelato para o Acceso á Universidade).

No obstante, entre esos jóvenes no tienen por qué estar quienes dejaron alguna materia pendiente en 2º de Bachillerato el curso pasado y este año aprueben esas asignaturas, ni tampoco quienes no superaron la selectividad el año pasado. En esos casos, quedarían exentos de realizar las nuevas pruebas de acceso, a no ser que quieran subir nota, porque la que se utilizaría sería la media del expediente de Bachillerato, de forma similar a lo que ocurría ya con los matriculados en un ciclo de FP.

Así lo estableció el Gobierno central en la orden que regula el nuevo examen, donde tuvo que añadir una disposición transitoria para ofrecer una posibilidad a quienes empezaron el Bachillerato con la anterior legislación. Y es que, por ejemplo, cuando COU desapareció del mapa, quienes estudiaron ese curso todavía tuvieron seis convocatorias (tres años) específicas en la selectividad para examinarse.

En esa disposición publicada en el BOE se alude al curso actual, 2016-2017, y a los estudiantes "con materias no superadas de Bachillerato" del currículo anterior a la implantación de la Lomce. "Se aplicará el mismo criterio al alumnado que obtuvo el título de Bachiller en el curso 2015-2016 y no accedió a la Universidad al finalizar dicho curso", añade además esta normativa. Según fuentes consultadas, las excepciones a las pruebas se aplicarían tanto a los que no entraron el año pasado en la universidad por tener alguna pendiente como a quienes suspendieron la selectividad en junio o en septiembre de ese año.

"En ambos casos, y cuando este alumnado no se presente a la prueba" (en alusión al nuevo examen de acceso a la universidad), "la calificación para el acceso a estudios universitarios oficiales de grado será la calificación final obtenida en Bachillerato", concluye la orden. Aunque en un primer momento se barajó la posibilidad de que estos estudiantes accedieran a los campus al final de la lista, tras los alumnos que superasen la nueva selectividad en junio y septiembre, y algunas comunidades como Madrid así lo asumieron, en Galicia, la insistencia de las universidades evitará a estos estudiantes estar en la cola. No obstante, su nota de Bachillerato (de un 10 como máximo, frente al 14 al que se puede llegar en selectividad) podría no ser suficiente para ciertas carreras. Por eso tienen la opción de ir al nuevo examen o al menos a la fase específica.

Esa fase, que ahora se llama "voluntaria", trae consigo novedades. Precisamente esta semana la CiUG ha publicado el abanico de materias de las que podrán examinarse los alumnos que quieren subir nota y que serán, por instrucciones del Ministerio de Educación, muchas menos que con el viejo selectivo. De hecho, pasarán de 55 a 31, lo que supone una reducción del 43 por ciento en la oferta. Eso va en la línea, según explicó ayer el presidente de la CiUG, Pedro de Armas, de "reforzar la troncalidad" en el nuevo diseño, lo que conlleva que se hayan "caído" optatitvas o específicas.

Aparte, señaló, en algunos casos cambia la baremación y algunas que multiplicaban la nota de su examen por 0,1 pasan a hacerlo por 0,2, por ejemplo. Por ejemplo, en Artes Escénicas, que se puede escoger como optativa para las carreras de Artes y Humanidades, pondera 0,2 para Bellas Artes y antes era 0,1. La baremación se traduce en que si un estudiante quiere entrar en Medicina y saca un 10 en Biología y otro 10 en Química, que son las que más ponderan en su caso (0,2), podría sumar 4 puntos más en total. Esa nota tiene validez durante los dos cursos siguientes a su superación.

Pero si en teoría son menos asignaturas para elegir, en la práctica a las cuatro que se pueden escoger entre las optativas, de las que al final se tienen en cuenta las que "más favorezcan" a los candidatos según de la carrera que quieran estudiar y siempre que lleguen al menos al aprobado, se sumaría una quinta en la parte obligatoria.

Esa fase la pasan todos los que hacen selectividad, de 5 materias en Galicia, al incluir la lengua propia: Historia de España, Lengua Española y Literatura y Primera Lengua Extranjera, pero también una materia general en función de la modalidad de 2º de Bachillerato cursada: Fundamentos del Arte II para Artes; Matemáticas II para Ciencias; Matemáticas Aplicadas a Ciencias Sociales para Ciencias Sociales y Latín II, para Humanidades. Esta materia también se puede ponderar para mejorar la nota de admisión si es al menos de un 5, por lo que en la práctica son cinco asignaturas y ofrecen más opciones a los estudiantes, aunque la media de materias examinadas el año pasado en Galicia para elevar la calificación fue de dos, en la línea del conjunto del Estado.

En dos meses, el 23 de mayo, se abre el proceso de prematrícula para las pruebas, que se realizarán, en la convocatoria ordinaria, entre los días 7 y 9 de junio, y en extraordinaria, entre el 12 y el 14 de septiembre.

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