Todos los sectores de la economía gallega han recibido los embates de la crisis: el de la construcción, el de la industria, el de servicios? Pero, ¿cómo le ha ido a la agricultura? Mal, como a todos, aunque, como el resto, comienza a recuperarse. Pero al contrario que los otros tres, el rural gallego basa su crecimiento en que se ha convertido en un refugio para los trabajadores expulsados de los otros sectores, sobre todo de la construcción, y no en que necesite más mano de obra como ocurre con la construcción, la industria o lo servicios, según aseguran los agricultores.

El sector primario en la comunidad ganó 16.200 empleos nuevos en algo más de año y medio. Es un crecmiento del 26,4%. Unos 25 trabajadores más cada día. En marzo de 2015 trabajaban en esta actividad 61.200 personas. A finales de 2016 eran 77.400, según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

"Una parte muy importante de las personas que han venido a trabajar al sector de la agricultura proceden de la construcción que han vuelto temporalmente ante el difícil panorama de encontrar trabajo y también por el desmantelamiento del sector público", reconoce Roberto García, secretario xeral de Unións Agrarias.

El empleo en la agricultura gallega tocó techo en el tercer trimestre de 2008 cuando trabajaban 102.500 personas.

El suelo se alcanzó a principios de 2015 con solo 61.200. Es decir, 41.300 menos, o lo que es lo mismo un 40% menos.

"En el último año y medio no hay creación de empleo nuevo en el rural. Son los que retornan a la casa de sus padres o hermanos debido a que no encuentran trabajo en otros sectores. Hay casos concretos de gente joven que sí crea nuevos empleos, pero son casos aislados", ratifica Roberto García.

El empleo en la agricultura de la comunidad lleva seis trimestres de subida. Desde los 61.200 de mediados de 2015 a los 77.400 de finales del pasado año. A nivel nacional, pasaron de 740.400 a 816.700. De este incremento de 76.300 nuevos puestos de trabajo, el 21% corresponde a los 16.200 de Galicia. Es decir, uno de cada cinco nuevo empleos que se generó en España fue en la comunidad.

Por provincias, A Coruña cuenta con el 36,6% de los ocupados en el sector primario; Pontevedra, con el 27,5%; Lugo, con el 25,5% y Ourense, con el 10,2%. Las cuatro provincias se han comportado de diferente forma durante la crisis. Desde el pico que tuvieron entre 2009 y 2010, Ourense llegó a destruir un 75% de su fuerza laboral (de 14.900 a 3.600). Las otras tres rondaron el 40% de caída.

Y desde la menor cifra de trabajadores -en las cuatro coincide en 2015- hasta el último dato de diciembre de 2016, los puestos de trabajo en el rural aumentaron un 119% en Ourense; un 42% en

A Coruña; un 23% en Pontevedra y un 5,8% en Lugo. Al cierre del año pasado trabajaban en la agricultura 28.400 personas en A Coruña; 21.300 en Pontevedra; 19.800 en Lugo y 7.900 en Ourense.