El Bloque fue esta vez el que sacó de nuevo a la palestra del Parlamento gallego sus dudas sobre el proceso de venta de la vieja NCG y su "profunda preocupación" por "los hechos recientes", en referencia al crítico informe del Tribunal de Cuentas sobre la labor del FROB durante los años de la reestructuración financiera "y un rescate sin los controles necesarios", afirmó la diputada Noa Presas.

En un discurso que sonó muy parecido al que recientemente dio el máximo accionista de Abanca y vicepresidente de la entidad, Juan Carlos Escotet, para precisamente salir al paso de las críticas sobre el proceso, el director xeral de Política Financieira e Tesouro, David Cabañó, recordó también que en su momento lo que se reprochaba era que el precio abonado por Banesco (1.003 millones de euros) "era excesivo y no tenía recursos" para cumplir.

Ante la petición de la diputada nacionalista para conocer los datos sobre el coste de reflotar el negocio de las dos antiguas cajas, Cabañó echó mano de ese informe de fiscalización del Tribunal de Cuentas -"Que dice que los procesos de venta de NCG y CatalunyaCaixa cumplieron los criterios", aseguró- para recordar que entre las ayudas públicas y las del sector a través del Fondo de Garantía de Depósitos, limpio el importe ya de los ingresos conseguidos, la cantidad asciende a 8.780 millones de euros y que, efectivamente, hay dos remesas de garantías concedidas por el FROB para la venta: 1.269 millones de euros de un crédito fiscal y obligaciones tributarias por el traspaso de activos a la Sareb; y otros 1.085 millones por contingencias como las cláusulas suelo, juicios de seguros o las preferentes. "Son cantidades máximas", matizó.

"La solución fue la mejor dada la situación en la que se encontraba la entidad", justifica Cabañó, que invitó a preguntar "en Murcia o Baleares" cuál es su opinión de la integración de BMN en Bankia.