El día 1 de enero de 2016 entró en vigor una rebaja del Impuesto de Sucesiones y Donaciones en Galicia que beneficiaría al 99% de los afectados. Con esta medida, la Xunta pronosticaba una sustancial reducción del número de renuncias a herencias que se producen cada año en Galicia y que va en continuo aumento desde el inicio de la crisis. Pero con los datos del ejercicio 2016 cerrados, la dinámica no se ha modificado y no solo no se ha registrado un descenso de los rechazos, sino que las renuncias han marcado de nuevo el techo histórico, aunque por poco. Si en 2015 el Consejo General del Notariado contabilizó 2.306 negativas a aceptar las herencias, el pasado año ascendieron a 2.321, un 0,6% de incremento.
Esta tendencia no es única de Galicia, pues las renuncias han aumentado en todas las comunidades autónomas salvo en cuatro: Cataluña, Castilla y León, País Vasco y Aragón.
Generalmente, el rechazo al legado familiar se debe a las cargas económicas que supone asumir una herencia, bien porque se deben pagar los impuestos correspondientes o porque también lleva aparejada deudas que se tienen que saldar. Aunque también se da el caso, según el Consejo General del Notariado, de que el heredero no le interesa aceptar unos bienes de escaso valor pero que requieren inversiones para mantenerlas, como limpieza de fincas rústicas o apuntalamiento de construcciones en mal estado para evitar un deterioro mayor.
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Hasta 2015, la comunidad tenía además una de las fiscalidades más altas para las herencias. Esto llevó a la Xunta a modificar el impuesto para permitir a los herederos mayores de 25 años no tener que tributar por los primeros 400.000 euros de cuota líquida, lo que beneficiaría al 99% de los afectados, según los cálculos de la Consellería da Facenda. Con esta modificación, la Xunta preveía que el número de renuncias a herencias fuera cayendo en Galicia, sobre todo en el segundo semestre, cuando ya todas las que se tramitaran estarían afectadas por la rebaja fiscal, dado que el plazo máximo para liquidar este tributo es de seis meses y a partir de junio ya no habría pendiente ninguna de 2015.
Pero la realidad es otra. Además de volver a alcanzarse el máximo histórico anual desde que hay registros, también el último trimestre del año fue con 633 rechazos el más elevado de todos.
En el año 2008 las renuncias en Galicia no llegaban a las 750, una cifra que se mantuvo al ejercicio siguiente. Pero a partir de entonces, justo con la llegada de la crisis, el número de rechazos comenzó a aumentar de forma imparable, llegando a las 962 en 2011, a las 1.683 en 2013, a las 2.306 en 2015 y, finalmente, el pasado año a las 2.321.
Con diferencia, son Cataluña y Andalucía las autonomías donde más renuncias de herencias se producen. En ambas se superan las 7.000. En la comunidad de Madrid, con la mayor bonificación del impuesto de España, las negativas no llegan a las 4.400. En el conjunto del país, las negativas asumir el legado familiar ascendieron a 38.917 casos el pasado año, casi 1.300 más que las registradas el ejercicio anterior. El incremento medio fue del 3,4%, con La Rioja la cabeza, con un aumento del 20%, seguida de Murcia, con el 13%.
