La persistencia tiene premio. Aunque el Sergas todavía se queda a nueve puntos de ese 65 por ciento que se pone como objetivo de cobertura de la vacuna antigripal entre los gallegos de 65 o más años, cada año se acerca un poco más y esta última temporada no es una excepción: con el balance ya finalizado de la campaña de vacunación, el porcentaje de los jubilados gallegos que accedieron a protegerse contra la inyección es el mayor alcanzado en los últimos ejercicios: el 56,03 por ciento, prácticamente dos puntos más que el 54,06 de la temporada pasada.
Para el subdirector xeral de Información sobre Saúde e Epidemioloxía, Xurxo Hervada, el dato "es muy positivo", si bien reconoce que el "avance" hacia esa meta del 65% "quizás" va "un poco más lento" de lo que le gustaría a la Consellería. No obstante, apostilla que la mejoría es "importante" y que se produce "en todos los grupos de edad" y entre sanitarios.
En total, según datos facilitados ayer por la Consellería de Sanidade, las dosis de vacuna administradas en la población gallega este invierno ascendió a 514.907, lo que supone 29.314 más que las utilizadas un año atrás (un 6 por ciento más). A esa cifra contribuyen sobre todo los pensionistas, ya que el número de inmunizados en el colectivo asciende a 370.540, unos 16.000 más que en la temporada anterior. Pese a que hicieron más los deberes -sobre todo entre los 70 y los 74 años, grupo al que este año se extendió la campaña de captación telefónica, donde creció la cobertura 3 puntos-, también es este grupo de edad el que más sufrió durante esta temporada las peores consecuencias de la enfermedad.
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Según explica Hervada, el virus que circuló de forma mayoritaria fue el AH3N2, que afecta sobre todo a los mayores, y de hecho ese factor explicaría, al menos en parte, por qué este año, "sin ser el virus más agresivo", dice, se registran más fallecidos que el pasado con gripe confirmada. Entonces habían sido 104 los fallecidos y en esta ya van 122, en su "mayor parte mayores de 65". Es más frecuente que tengan enfermedades de base y que se descompensen y acaben provocando su muerte. Aparte, apunta, está el "efecto estadístico" de que "se identifican más y mejor los ingresados con gripe" por las pruebas.
Si los mayores suponen más de la mitad del aumento absoluto de vacunados, otra buena parte se corresponde con el colectivo que no llega a los 60 años pero que integra algún grupo de riesgo a los que se aconseja inmunizarse contra la enfermedad (por tener dolencias cardiovasculares, respiratorias, metabólicas..., entre otras). Así, según los datos de Sanidade, el número de vacunados menores de 60 años ascendió a 105.535, lo que supone un aumento de 10.305 con respecto a la campaña pasada y además la cifra marca un récord al ser la más elevada alcanzada durante las últimas siete campañas.
Los profesionales sanitarios de primaria hacen los deberes
- Si entre los mayores la Xunta persigue vacunar al 65% de la población, entre sus profesionales sanitarios se conformaría con el 35%, pero hasta ese porcentaje durante un tiempo estuvo fuera de su alcance. No obstante, la situación ha cambiado este año, y tal y como destaca Hervada, se produce una "subida muy clara" entre los trabajadores del Sergas que hace "pensar" a las autoridades sanitarias que "el próximo año se seguirá trasladando a la población".Los datos lo avalan, aunque son los profesionales sanitarios de atención primaria quienes se pusieron más las pilas al superar ese mínimo del 35 y llegar al 41,61%, ocho puntos más que un año atrás. Entre sus homólogos (enfermeros más médicos) de los hospitales, el repunte ha sido superior -más de diez puntos- pero aun así no ha conseguido superar esa barrera del 35% y roza el 30%.
