Que la distancia entre los hombres y las mujeres en Galicia se acorte solo en las etapas del pinchazo de la economía deja una primera gran reflexión. "La mujer solo avanza en igualdad cuando el hombre empeora", apunta María Bastida. "Avances ha habido. Ese no es el problema. Lo que sucede -añade la profesora del departamento de Organización de Empresas y Comercialización- es que queda mucho por recorrer".

La tasa de actividad es, sin duda, uno de los asuntos más delicados. Es un buen termómetro de la incorporación de la mujer al mercado laboral, que entre las de 55 a los 59 años, como destaca Bastida, baja hasta solo el 63%. "De ahí -señala- la importancia de diseñar políticas activas de empleo específicamente para las mujeres si queremos levantar la tasa de actividad".

El estreno del Barómetro Galego de Equidade Laboral del Grupo Colmeiro permite tener una fotografía de la realidad de la mujer "para profundizar y actuar".

¿La temporalidad es la única vía? "También firman contratos indefinidos, pero es evidente que son demasiadas mujeres las que pasan por este tipo de contratos", señala. Aunque son mayoría en los trabajadores con estudios superiores, "tampoco hay garantías de que estén como cajeras en un supermercado". De hecho, más del 16% de los empleos femeninos son en el comercio.