La presión fiscal varía notablemente según la ciudad en la que se resida. Ourense es la urbe donde más se paga por habitante (676,6), seguida de A Coruña (casi 651). Con casi la misma tasa están Lugo (632,24) y Santiago (632,14). En el extremo opuesto, figuran Ferrol (434,45) y Vigo, con casi 511 euros per cápita. Es decir, un vecino vigués paga 140 euros menos que otro que resia en A Coruña.

Galicia no es de las comunidades que más hizo apretarse el cinturón a los contribuyentes. De hecho, los ayuntamientos de la comunidad son los que tienen la presión fiscal más baja de toda España. En concreto, cada gallego tiene que desembolsar una media de 461 euros en impuestos y tasas municipales, según el balance de 2016 publicado por el Ministerio de Hacienda. Le sigue de cerca en el ranking Extremadura (462 euros per cápita).

La recaudación de las administraciones locales gallegas per cápita se queda muy por debajo de la que tienen que hacer los contribuyentes en Baleares (770 euros por habitante), Madrid (767) o Cataluña (741). En Galicia, las entidades locales ingresan un 40% menos que en estas autonomías.