A los gallegos les sale a cuenta adelantar la herencia en vida. La reforma fiscal de la Xunta sobre el impuesto de sucesiones y una sentencia del Tribunal Supremo que exime los pactos sucesorios del pago del IRPF dieron un giro radical a la hora de transmitir el legado familiar. La rebaja de la factura tributaria por estas dos cuestiones ha llevado a Galicia a batir récord de herencias en vida con casi 15.000 contratos sucesorios suscritos el año pasado, un 112% más que los 7.090 contabilizados el ejercicio anterior. O lo que es lo mismo, la comunidad gallega registró en 2016 una media de 41 transmisiones en vida cada día, más del doble que la media de los últimos años, según el balance del Consejo Notarial de Galicia.

Un ejemplo basta para conocer el alcance de las dos modificaciones que han permitido reducir el desembolso a Facenda a través de los pactos sucesorios, una alternativa a la transmisión de bienes de padres, hijos, abuelos, nietos o cónyuges por causa de muerte.

Antes de la reforma del impuesto de sucesiones de la Xunta, que entró en vigor en enero de 2016, y del fallo del Supremo de hace un año, la factura fiscal de un heredero gallego en línea ascendente o descendente que recibía dos pisos y 30.000 euros en efectivo ascendía a 27.000 euros frente a los apenas 1.200 que ese mismo contribuyente debía pagar en Madrid.

Las exenciones fiscales de la Xunta y un fallo del Supremo sobre el pago del IRPF están detrás del repunte. Pero en el último año, el 99% de los herederos gallegos no han tenido que hacer frente a desembolso alguno al Ejecutivo autonómico, ya que si el legado no alcanza los 400.000 euros (cantidad máxima fijada por la Xunta para que quede exenta del impuesto de sucesiones) el contribuyente no tendrá que rendir cuentas al fisco y los legados que superen esa cantidad solo tributan por la cantidad que queda por encima de los 400.000 euros.

A esta reforma de la fiscalidad autonómica, se suma el fallo del Supremo de febrero del año pasado que exime a los gallegos que reciban una herencia en vida del pago del IRPF ya que el legado de ascendientes o descendientes no se considera ganancia patrimonial.

"Ha aumentado el interés de los padres en adelantar la entrega de la herencia a sus hijos", detalla con las estadísticas en la mano el delegado del Colegio Notarial de Galicia en Vigo, Jaime Romero.

En los últimos años el número de transmisiones en vida en Galicia se mantenía estable, con unas cifras que se movían entre los 6.000 y 7.000 anuales. Pero el año pasado, se suscribieron 14.977 pactos sucesorios.

Pontevedra, con 5.159 transmisiones adelantadas el año pasado, es la provincia gallega que experimentó un mayor repunte (130% respecto a los poco más de 2.200 del ejercicio anterior). La provincia de A Coruña encabeza la tabla autonómica, con un total de 6.398 herencias en vida (el 42,6% del total en la comunidad). En Lugo, se suscribieron 1.876 (un 125% más que en 2015) y en Ourense, 1.517 (un 85% más).

Aunque no lo reflejan las estadísticas, desde el Colegio Notarial de Galicia destacan que en ocasiones los padres que quieren mejorar a un heredero solo transmiten la nuda propiedad de los inmuebles, reservándose el usufructo para, de ese modo, conservar las rentas que devenguen de los alquileres de vivendas o locales transmitidos.

En otras ocasiones, lo que se transmite es dinero para facilitar a los hijos el capital necesario para abrir un negocio o realizar la compra de una vivienda u otro inmueble. Esta modalidad se aplicó sobre todo durante la crisis, cuando las entidades bancarias eran más reticentes a la concesión de préstamos hipotecarios.

¿A cuánto puede ascender el ahorro con un herencia en vida? Al que permite la reforma fiscal de la Xunta de Galicia para el 99% de los contribuyentes, se suma el desembolso que hasta febrero del año pasado tenían que hacer quienes recibían un legado en vida. Los pagos medios por IRPF que afrontaba un heredero en la comunidad por un pacto sucesorio se situaban entre los 3.000 y los 9.000 euros.

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