Cuando se hereda no solo se reciben inmuebles, joyas o dinero en efectivo. Las deudas también pasan a formar parte del nuevo patrimonio del heredero. El tener que afrontar los números rojos del finado junto con el desembolso que hasta el año pasado acarreaba el hacerse con el legado familiar llevó a cada vez más gallegos a renunciar a sus herencias. En 2015, Galicia batió todas las marcas de testamentos rechazados.

Hasta un total de 2.306 contribuyentes dijeron no a la herencia que le correspondía, una media de seis cada día. 2016 fue el primer año en el que cayó la renuncia a bienes legados en la comunidad. Entre enero y septiembre del año pasado un total de 1.688 gallegos rechazaron el contenido del testamento, lo que supone un 2,2% menos que los 1.727 contabilizados en el mismo periodo del ejercicio anterior, según los últimos datos disponibles del Consejo General del Notariado.

En el país, Madrid y Cataluña son las comunidades con más renuncias, ton 7.246 y 5.741, respectivamente, en los tres primeros trimestres de 2016. En el extremo opuesto de la tabla, están La Rioja (244), Cantabria (367) y Navarra (410).

Durante los últimos años se habían disparado en Galicia las consultas de herederos a profesionales tributarios y financieros para solicitar información sobre cómo afrontar con mayor holgura el pago del legado que les dejaban sus familiares. Y es que recibir una herencia se convertía para muchos en una auténtica losa por el gran desembolso económico que requería. Cada gallego que recibía una herencia antes de la reforma fiscal promovida por la Xunta tenía que pagar por el impuesto de sucesiones una media de 2.600 euros.