Hace diez años, apenas una decena de parejas de águilas reales sobrevolaban la raia ourensana, teniendo como entorno natural lo que hoy es el parque Baixa Limia-Serra do Xurés. La Aquila chrysaetos parece haberse recuperado gracias a las estrategias de conservación, pero otras especies se encuentran en peligro de dejar a Galicia sin un trozo de su identidad natural. Como medida de precaución, la administración impulsará la creación de bancos genéticos de las especies silvestres en riesgo de extinción y así garantizar de alguna manera su biodiversidad.
Esa garantía está contemplada en la nueva Lei do Patrimonio Natural, abierta aún a alegaciones, pero a punto de iniciar su tramitación parlamentaria tras ser aprobada por el Consello de la Xunta el pasado día 2. En su artículo 105, el Ejecutivo amplía la legislación de 2001 en la que ya establecía el impulso de los bancos genéticos para la "conservación de la flora silvestre gallega". Ahora ese aspecto abarcará también a los animales sobre el papel, si bien queda el trecho de aplicar la nueva legislación una vez entre en vigor.
El objetivo de la Xunta es aprobar un plan de recuperación y conservación de otras 45 especies -se diferenciará entre vulnerables y en peligro de extinción- en el año 2020, fecha en que concluye la actual legislatura.
"Las administraciones públicas promoverán la existencia de bancos de material genético y biológico de especies, con el objeto de preservar la diversidad genética de las especies silvestres y de complementar las actuaciones de conservación in situ", reza la nueva norma. De fecho, obliga a la Xunta a "promover la conservación de material biológico y genético de taxones del Listado de Especies Silvestres en Réximen de Protección Especial y del Listado de especies silvestres en régimen de protección especial de Galicia, con especial atención a las especies endémicas o catalogadas", añade en su segundo punto.
Cada banco informará a la Xunta de su información y esta se lo comunicará al ministerio competencia, que la incorporará al inventario español de bancos de material biológico y genético.
Esta no constituye la única novedad de esta norma, que endurece las multas por daños a la naturaleza hasta los dos millones de euros desde los 300.000 euros actuales, si bien en la legislación en fase de tramitación se prima la reparación del daño sobre el castigo económico en casos de destrucción de entornos naturales, vertidos, comercio o captura de especies protegidas, entre otros supuestos.
Los castigos también se aplicarán a quienes usen comercialmente el nombre de espacios protegidos sin permiso "o sus posibles imágenes de marca". Una de estas infracciones leves estará castigada con entre 100 y 3.000 euros de multa, de acuerdo con el texto pendiente de aprobar.
Además, el Ejecutivo delimita las características de cada forma de espacio protegido y crea una nueva para proteger entornos de menos de 20 hectáreas: las microrreservas.
La extinción se cierne sobre 33 especies
- Al menos 33 especies en Galicia se encuentran en peligro de extinción, según las últimas actualizaciones aplicadas al Catálogo de Especies Amenazadas de Galicia que maneja la Consellería de Medio Rural. Se trata de animales cuya supervivencia "es poco probable si los factores que causan su desaparición continúan", de acuerdo con la definición oficial.Entre ellas se encuentran el urogallo, del que apenas quedan unos ejemplares en Os Ancares, el águila real, el zaparito real, la mariposa arlequín, la tortuga de cuero, el oso y algún tipo de libélula. En 2011 se aplicó la última gran revisión del catálogo, introduciendo el carballo Quercus lusitanica Lam, la concha de mar Charonia lampas, la libélula oxygastra curtisii, el águila pandion haliaetus, el rabirrubio de cresta blanca (phoenicurus phoenicurus) y dos tipos de murciélagos.
