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El Congreso exhuma la investigación de la fusión gallega

La creación en las Cortes de una comisión sobre las cajas rescatadas da una segunda oportunidad para conocer la verdad de lo ocurrido con Caixanova y Caixa Galicia

Marta Fdez. Currás con, a su derecha, Jerónimo Martínez Tello y Pedro González, en la reunión de las cajas de mayo de 2010. // Xoán Álvarez

Bankia y la desaparecida Novacaixagalicia son viejas conocidas. Las dos nacieron al amparo del primitivo FROB, con el impulso del Gobierno a una oleada de fusiones para afrontar la grave crisis financiera que por entonces, entre 2009 y 2010, no había hecho nada más que comenzar. La historia de ambas es también ejemplo de la tan criticada politización del sector, a la que se responsabilizó, sin consecuencias, del pinchazo de las cajas. Y en sus respectivas trayectorias se cruzan varios de los protagonistas de la profunda reconversión de la banca que ahora el Congreso pretende estudiar a fondo por las multimillonarias consecuencias del rescate para los ciudadanos.

El Pleno del Congreso de los Diputados votará el miércoles la iniciativa de Unidos Podemos para abrir una comisión de investigación que todos los partidos apoyan. A pesar de su negativa en la Junta de Portavoces, también el PP cree que es bueno hacerlo. "Este ministro está absolutamente a favor de ello", declaró Luis de Guindos en el Senado esta misma semana.

Así que, otra vez de la mano, las integraciones que alumbraron a Bankia y a Novacaixagalicia vuelven a la sala de autopsias. Aunque con una diferencia abismal en los indicios que hay en una y otra sobre las razones del declive. La publicación de los correos internos entre inspectores del Banco de España acerca de la verdadera situación de la unión que lideraron Caja Madrid y Bancaja, "una máquina de perder dinero" que provocaría la "nacionalización de las pérdidas" con su salida a Bolsa, provocó la imputación de buena parte de la cúpula del supervisor y arroja un poco de luz sobre las tripas de aquel proceso.

En el caso del matrimonio forzado entre Caixanova y Caixa Galicia, el bisturí del Parlamento gallego apenas pasó de la piel con la fugaz comisión de investigación de 2013 que en O Hórreo se reabre esta legislatura para únicamente escribir las conclusiones. Allí se dio la espalda a información que hay sobre la fusión gallega tan elocuente como los correos de Bankia. Documentos, acontecimientos públicos y notorios, a los que el Congreso de los Diputados brinda una segunda y necesaria oportunidad.

| La conocida postura de partida del Banco de España: la fusión no salía. Como ocurría con Bankia, al supervisor se le removían las tripas. "Si no es sólida, lo peor que se puede hacer es buscar una fusión porque sí", advertía Miguel Ángel Fernández Ordóñez, exgobernador, el 26 de enero de 2010 en una visita a Vigo en plena polémica por la amenaza de la Xunta a vetar cualquier otra opción. Ese mismo día, en un encuentro previo con la patronal gallega, Fernández Ordóñez -entre los recién imputados en Bankia- trasladó a su entonces presidente que la fusión era "inviable". Lo confesó Antonio Fontenla en la comisión del Parlamento gallego.

Mafo reiteró su mensaje en la comparencia por escrito que remitió a O Hórreo en julio de 2013, con el dedo apuntando al presidente del Ejecutivo gallego, Alberto Núñez Feijóo, por su "rotunda negativa" a otras operaciones "más seguras y mucho menos arriesgadas". Ante la amenaza de "bloqueo", la unión de Caixanova y Caixa Galicia, "con una necesidad perentoria y dada su mayor debilidad", fue un "mal menor" al que se pusieron muchos condicionantes para que "pudiera ser aprobada con un mínimo de razonabilidad en cuanto a su solidez".

| La mal llamada due diligence: mucho más de lo que se dijo. El propio Ordóñez minimizó en su paso por Galicia el análisis que la Xunta encargó para defender su defensa de la fusión. La solidez de una operación es "juicio del Banco de España". "No de los gestores de las cajas, ni de las autoridades, de un informe de una empresa, ni de otra empresa. No, no", arremetía.

Pero aquella supuesta due diligence que realmente era un "diagnóstico acelerado de la viabilidad de la fusión" se convirtió en el principal enemigo de la tesis de la Xunta y de la exconselleira de Facenda, Marta Currás, al frente de los movimientos de San Caetano para obligar la integración. Los autores del informe declararon en el Parlamento gallego que no estudiaron otra alternativa y que lo suyo no era un veredicto a favor de la fusión. La publicación en exclusiva del "diagnóstico" por FARO permitió conocer que la auditora aconsejó que Caixanova absorbiera a Caixa Galicia por su mejor situación financiera y que junto a los más de 1.000 millones de euros de la primera ayuda pública era necesaria una emisión de 337 millones de euros en preferentes.

| Las inspecciones: Caixa Galicia era "inviable". La negativa de la Xunta y de algunos de los directivos de la extinta caja coruñesa a admitir la verdadera situación de la entidad choca de lleno con el diagnóstico de los inspectores. Sus actas existen. Están en el expediente del caso de las prejubilaciones de los antiguos directivos y FARO las desveló ya en julio de 2012. A 30 de septiembre de 2009, la caja dirigida por José Luis Méndez arrastraba "una alta exposición al sector inmobiliario", con "fuertes necesidades de saneamiento" que no pudo cubrir, "teniendo pendientes saneamientos muy cuantiosos en 2010". El 35% de su inversión dependía de mercados mayoristas. "Todo lo anterior, unido a su justeza de solvencia, hace que se considere su perfil de riesgo supervisor como muy alto, siendo cuestionada su viabilidad como entidad independiente", firman los inspectores.

| La prueba definitiva: más de 2.000 millones de pérdidas encubiertas. Así lo recoge el requerimiento que el director general de Supervisión, Jerónimo Martínez Tello, envía el 9 de diciembre de 2010 -ocho días después del nacimiento de Novacaixagalicia- a los responsables de la entidad. Que hay que hacer más provisiones de las esperadas. ¿Cuánto? 2.090 millones para "subsanar la debilidad de Caixa Galicia". Tanto Ordóñez como el número dos de la exministra Elena Salgado, Juan Manuel Campa, subrayaron el peso definitivo que la falta de desinversiones tuvo en la sentencia de muerte de la entidad fusionada: la venta de red de Caixa Galicia que nunca se ejecutó.

| El Supremo: el engaño de Tasagalicia. El enésimo documento que pasó de largo por la investigación del Parlamento de Galicia. La sentencia del alto tribunal de 24 de septiembre de 2014 que confirmó el fallo de mayo de 2013 de la Audiencia Nacional por las multas del Gobierno a Tasagalicia -la tasadora de Caixa Galicia, con trabajos también para, otra coincidencia, Caja Madrid- por su reiterado engaño en la valoración de activos inmobiliarios. Sobrevaloraciones, alzas del 600% en días, calificación de urbanizables a terrenos que no lo eran... Así era la cartera de la caja coruñesa.

| Y la política: Zapatero y Rajoy, una cumbre que lo explica todo. La fusión se encarrilla el 5 de mayo de 2010. El entonces presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder de la oposición, Mariano Rajoy, celebran una cumbre en Moncloa sobre la reforma financiera y llaman a la luz verde de la operación "en días". El máximo responsable del PP, antes reacio a la operación, es especialmente intenso en pedirla. Feijóo lo confirmaba un par de semanas después en una entrevista en FARO: "Rajoy pidió a Zapatero que dejara a la comunidad tomar su decisión", explicó. El presidente de la Xunta había convencido a Mariano Rajoy "con los datos de la Consellería de Facenda y de la auditoría [de la que en aquel momento no se sabía casi nada], y vio que la operación era solvente".

Los dos tutores de la unión de Novacaixagalicia, imputados en el 'caso Bankia'

  • Además del que fue presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Julio Segura, y el exgobernador, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, en la lista de los imputados por la salida a Bolsa de Bankia están el inspector Pedro González y el ex director general de Supervisión, hoy jubilado, Jerónimo Martínez Tello. Dos figuras clave en la fusión de las cajas gallegas. Los dos que acudieron a Galicia el 5 de mayo de 2010 a una reunión con los presidentes y vicepresidentes de las dos entidades de ahorro, la exconselleira Marta Fernández Currás, y el anterior director xeral de Política Financieira, Manuel Galdo. El día de la cumbre de Zapatero y Rajoy, cuando se desbloqueó la operación.A ninguno de los dos altos cargos del Banco de España les gustó la convocatoria pública del encuentro y Tello llegó a reprocharle a Currás que ese no era el modus operandi del supervisor.De los dos se habló mucho después en la comisión del Parlamento y en el juicio contra los exdirectivos por las prejubilaciones. Pedro González fue testigo de la Fiscalía y no pudo negar que le aconsejó a José Luis Pego que se jubilase en la entidad -aunque matizó que "a lo mejor, me entendió mal"-, ni que, como narró el propio Pego, el Banco de España apeló a intentar la fusión para evitar el veto de la Xunta. "Hay partido", decían en el supervisor ante el rechazo de Caixanova por la debilidad de los números.

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