El debate en el Congreso sobre el nombramiento de Arsenio Fernández de Mesa como consejero de Red Eléctrica Española tras su paso por la Guardia Civil derivó esta mañana en una bronca entre los diputados de Unidos Podemos y del PP. El detonante fueron las críticas de Antón Gómez-Reino, miembro de En Marea.

"Se trata como siempre de apoyar a la familia, pago de favores por el silencio, retiro dorado, trabajo sucio que pagamos bien", espetó el actual portavoz de la alianza gallega integrada en el grupo de Unidos Podemos sobre el nuevo puesto del que fuera delegado del Gobierno durante la catástrofe del Prestige, que pasará a cobrar 180.000 euros anuales en su puesto. Calificó esa decisión de "caso obsceno" de puerta giratoria y de "corrupción legal".

Blandiendo una copia del retrato de De Mesa con condecoraciones, Gómez-Reino aseguró que se trataba de la foto de la "vulneración de los derechos humanos", aludiendo a la muerte de inmigrantes que trataban de llegar a la playa del Tarajal. La justicia archivó el caso tras la investigación de 15 agentes de la Guardia Civil.

Sus palabras encendieron las bancadas del PP, según denunciaron los miembros de la coalición rupturista, quienes afearon actitudes "muy agrevisas" e incluso Íñigo Errejón deslizó en Twitter que llegaron a recibir amenazas como "¿quieres que vaya ahí?" de un parlamentario popular. "No nos vamos a amilanar", añadió el portavoz de Unidos Podemos en el Congreso.

"Quizás no estén acostumbrados a tener enfrente a una oposición de verdad, pero que se vayan acostumbrando", declaró sobre lo sucedido el líder de Podemos, Pablo Iglesias.

La tensión fue también el protagonista de la relación entre PP y AGE en la pasada legislatura en Galicia. Esa alianza liderada por Xosé Manuel Beiras fue la precursora de Podemos, como reconoció el propio Iglesias, quien trabajó de asesor en la misma.

En el Congreso, Podemos se unió a sus socios gallegos en la coalición En Marea, pero en las autonómicas de septiembre se diluyó en el partido instrumental del mismo nombre.