Con los vertiginosos resultados de 2014, cuando el beneficio se disparó hasta los 1.157 millones de euros gracias, entre otros factores, a los créditos fiscales derivados de los números rojos también multimillonarios en los dos años anteriores, la cúpula de Abanca habló abiertamente de su intención de acelerar en lo máximo posible los plazos de pago que se pactaron con el FROB en la subasta por la fallida fusión de las antiguas cajas gallegas y que estaba en negociaciones para hacerlo. El grupo Banesco, capitaneado por Juan Carlos Escotet, venció en la puja a otras entidades financieras y fondos de inversión con una oferta de 1.003 millones de euros, incluidos los 90 en los que se valoró un paquete de fallidos que finalmente salió junto al resto del negocio de la entidad en el concurso y no en uno diferente. Los primeros 403 millones se desembolsaron en el momento de cerrar la compra. El 60% restante se repartía en varias cuotas que llegaban hasta mediados del próximo 2018, pero que han quedado finiquitadas con el adelanto que el banco anunció ayer. Concretamente, quedaban 300 millones de euros. "Abanca -comunicaba la entidad- cumple así en su totalidad el plan de privatización iniciado en 2013".

Inicialmente, los dueños de Abanca tenían que afrontar una cuota de 100 millones antes del 30 de junio de 2016; otros 200 millones en la misma fecha del actual ejercicio; y los 300 millones que faltan en junio de 2018. En mayo del pasado año, sin embargo, el FROB recibió, además del plazo que tocaba, otros 100 millones para saldar la mitad de la cuota de 2017 y 100 más por el 33% de la de 2018, según especifica el banco. La operación, a través de Abanca Holding Financiero -la firma que Banesco creó para aglutinar todo su negocio en España y en el que la entidad gallega es el principal activo- se completa, por tanto, con año y medio de antelación sobre lo previsto. "Un compromiso -insisten- cumplido".

Abanca aprovecha la ocasión para destacar el "plan de transformación integral" impulsado en los últimos tres años para "reformular su modelo de gestión y gobierno corporativo, reforzar su perfil financiero y reposicionarse en el mercado". Ahí enmarcan sus responsables el incremento de la cuota de mercado. "En este periodo la entidad acreditó su capacidad para generar valor y rentabilidad de manera recurrente y asentó su posición de solvencia como una de las más sólidas del sector", sostienen. Esta misma semana la agencia de rating Standard and Poor's elevaba la nota del banco gallego desde B+ a BB- en sus emisiones a largo plazo.

El cambio más fuerte llegó en junio de 2014, cuando los propietarios de la antigua Novacaixagalicia lanzaron la nueva marca para dejar definitivamente atrás la negra historia que acompañó a la entidad tras la reestructuración financiera, la nacionalización y su puesta en venta, especialmente con la gran polémica social generada por la comercialización de las preferentes y la deuda subordinada. Que fue el primer gran reto al que se enfrentaron Escotet y su equipo tras desembarcar. El primer año Abanca ganó eso casi 1.200 millones de euros. En 2015 el beneficio alcanzó los 330 millones de euros. En pocos días la entidad presentará los resultados de 2016, aunque ya adelantó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que repartirá un dividiendo de 315 millones de euros a cargo de lo que ganó.