Hoy, día 2 de febrero, se celebra el Día Mundial de los Humidades, que en esta edición busca reivindicar el papel de estos ecosistemas como “amortiguadores del cambio climático”. Así argumenta la asociación ecologista Adega el valor de los humedales, que si se conservan en “buen estado” hacen que “inundaciones, sequías y otros fenómenos meteorológicos extremos” tengan “menos incidencia”, por lo que reclaman aumentar la lista de estas áreas que están protegidas y recuperar aquellos que están dañados.

Porque para Adega Galicia debe mejorar en la conservación de los humedales. Así, según indican en un comunicado publicado hoy en su página web, la comunidad recibe un “suspenso en gestión” de estas áreas. Galicia, explican, es el territorio del Estado con “mayor diversidad de lagunas, brañas, junqueras, bosques húmedos y turberas”, que ocuparían una extensión de más de 7.600 hectáreas. Pero, “a pesar de esta diversidad y de que en 2007 la Xunta inventarió 1.100 humedales, solo cinco gozan de protección legal específica acogidos bajo el convenio Ramsar”.

Se trata, enumeran desde la entidad, que este año cumple 40 años de existencia, de las rías de Ribadeo y Ortigueira, de la laguna de Valdoviño (Frouxeira), del Complexo Húmido de Corrubedo y del Complexo Intermalreal Umia-O Grove, este último el único de la provincia de Pontevedra.

Política "inadecuada"

Según denuncian desde Adega, la “gestión inadecuada” de estos ecosistemas, “unida a las nulas políticas de protección y recuperación, provocó en muchos casos” el sangrado, la obstrucción, el desecamiento y la “destrucción” de un buen número de humedales gallegos. En ese sentido, recuerdan “la desaparición de las lagunas de Pantín”, en Valdoviño, y Corme (Laxe), la “degradación” de las turberas del Xistral o de la laguna de Olives (en A Estrada) “por los eólicos” o la situación “crítica” de las Gándaras de Budiño, “en medio de un polígono industrial”. “Incluso”, apostillan, la Xunta llegó a aprobar un plan de conservación para el humedal de A Frouxeira, uno de los cinco de “importancia internacional” de la comunidad, “que bendecía su sangrado con bulldózeres, anteponiendo”, según denuncian los ecologistas, “el cuidado del paseo marítimo periódicamente inundado al equilibrio ecológico del humedal”.

Para Adega, dada la “importancia” de los servicios ecosistémicos que prestan estos humedales, como resulta “muy evidente” con la “inusitada sequía invernal” que ha sufrido la comunidad, resulta “estratégico y urgente invertir en su conservación”. Para eso, demandan incrementar la lista de humedales protegidos, cumplir “estrictamente” con la legislación ambiental y ordenar el territorio “para reducir la presión sobre estos espacios”. Además, reclaman invertir en la recuperación de aquellos ecosistemas que fueron dañados. “Solo de esa forma conseguiremos menguar la factura que en cargos y vidas nos va a pasar”, concluyen, “el cambio climático, con sus sequías y temporales cada vez más frecuentes e intensos”.