El nuevo plazo para el AVE gallego ya es oficial. Tras las fechas de 2010, 2012, 2015 y 2018 para la entrada en servicio del tren de alta velocidad entre Galicia y Madrid, el Ministerio de Fomento anunció ayer que el calendario se estira ahora hasta finales de 2019. En el tercer trimestre de ese año estarán concluidas las obras de construcción, a lo que seguiría una fase de pruebas, de entre dos y cuatro meses, para comprobar la seguridad y el correcto funcionamiento de todos los sistemas antes de iniciarse la explotación comercial de la línea. Esta es la nueva planificación que el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, comunicó ayer al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, en una reunión de una hora y media en Madrid. "En el tercer trimestre de 2019 las obras están concluidas y por lo tanto los trenes de comprobación empezarán a circular entonces", indicó el titular del Gobierno gallego.

La fecha de la entrada en servicio no se conoce a día de hoy de forma exacta, pues tras terminar las obras en el tercer trimestre de 2019, se procederá a una fase de pruebas que durará "unos meses", según indicó el ministro, sin más precisión. En todo caso, Feijóo comentó que el retraso será de unos "ocho o nueve meses" con respecto al calendario que fijaba 2018 como fecha tope para llegada del AVE.

Esta nueva demora obedece fundamentalmente a los problemas surgidos en cinco tramos en el trazado entre Zamora y Ourense, de cuya existencia informó De la Serna en una anterior reunión con Feijóo a principio del pasado diciembre. Ante las dificultades técnicas sobrevenidas en esos cinco tramos, las empresas adjudicatarias habían solicitado reformas en los proyectos para sortearlas, lo que conllevaba un incremento del precio del contrato, pero el Gobierno, según las explicaciones del ministro, no podía responder a esos modificados porque estaba en funciones como consecuencia de la situación de bloqueo de la política nacional. Eso llevó a que las obras estuvieran paralizadas durante un año, hasta que la constitución del nuevo Ejecutivo permitió iniciar negociaciones con las empresas para desatascar la construcción.

Los problemas se correspondían a túneles y viaductos contenidos en los tramos Prado-Cerdedelo, Cerdedelo-Portocamba, A Gudiña-Vilavella, Padornelo y Pedralba de la Pradería-Cernadilla.

El ministro aseguró, no obstante, que en febrero "se podrá confirmar de forma la resolución definitiva de los tramos pendientes". Aún así, añadió que siendo prudente con los nuevos plazos tenía la "certeza" de poder cumplirlos, por lo que se comprometió a visitar cada tres meses las obras del AVE para comprobar la marcha de los trabajos. De hecho, esta promesa la colgó en su cuenta de Twitter.

En todo caso, el tren de alta velocidad llegará a Galicia sin que esté terminado el tramo de 17 kilómetros entre Taboadela y Ourense, que ni siquiera se ha licitado. Como solución transitoria, se utilizará la vía actual, pero modificada y electrificada para que puedan circular los trenes mientras se construye la nueva línea de integración en la ciudad de Ourense, cuya conclusión se podría alargar hasta el año 2021 o 2022.

A pesar del retraso, que Feijóo lamentó y culpó de ello a la situación de bloqueo de la política nacional, el presidente de la Xunta celebró la concreción de los nuevos plazos. "Llevamos advirtiendo desde diciembre de 2015 que el bloqueo al que estaba sometido España iba a tener consecuencias y que saldría caro para las infraestructuras complejas", dijo.

El ministro de Fomento también avanzó que el tramo entre Zamora y Pedralba de la Pradería estará "completamente finalizado" y "en condiciones de poner a disposición el servicio" a finales del 2018, lo que permitirá acortar el trayecto con Madrid desde Galicia en treinta minutos.

En cuanto a la variante de Cerdedo para la conexión de Vigo con Madrid sin tener que pasar por Santiago, De la Serna comentó que sigue con su tramitación, pero nada se sabe de plazos.