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El espía nazi que se ocultó en Vigo y quiso fichar por la CIA

Un informe de la Agencia de Inteligencia recoge la historia de Endroedy, que con dinero del régimen de Hitler vivió sin trabajar en Galicia

"Todavía creo en el nazismo. Algunos nazis cometieron atrocidades, pero la mayoría solo seguían las órdenes de sus superiores ... Estoy deseando trabajar para los americanos contra el comunismo", confesaba a principios de la década de los sesenta a un espía de la CIA Eugenie Endroedy, exagente de la Gestapo que trabajaba para Hitler desde Lisboa y se refugió en Vigo en 1946, cuando Alemania perdió la Segunda Guerra Mundial. La conversación de Endroedy con el agente nortemericano fue transcrita y es uno de los millones de documentos colgados en Internet por la Agencia de Inteligencia de Estados Unidos la pasada semana.

La CIA prestó atención a este espía germano residente en Vigo, pues es objeto de al menos 14 informes. En uno de ellos, se cuenta como se le hizo seguimiento en Vigo para comprobar si tras la derrota de los nazis seguía operativo, pero comprobó que no. Le investigó y averiguó que Endroedy con dinero del partido nazi y ayuda del embajador de España en Portugal en aquel momento, Nicolás Franco, se ocultó en Vigo, donde se compró una casa, en la Avenida de Castrelos. La CIA supone que el embajador facilitó a Endroedy instalarse en Galicia a cambio de información y material. Reino Unido le buscaba porque a través de la estación de radio que controlaba desde Lisoba difundió información contraria a los intereres ingleses durante la contienda.

Con los recursos que se quedó del partido nazi, Endroedy no necesitaba trabajar y se limitaba a traducir documentos para una empresa marítima de Vigo, pues dominaba seis idiomas, y a vender algunos de los cuadros que pintaba. En 1960, a un agente norteamericano le revelaba que estaba "cansado de la inactividad" y que estaba dispuesto a colaborar con la CIA en la lucha contra el comumismo en Europa del Este. "No le importaba lo peligrosa que fuese la operación" que le pudiesen encomendar los estadounidenses, aseguraba Endroedy, que había trabajado para la Gestapo, pero había nacido en Budapest (Hungría), y así ofrecía sus contactos y sus conomicientos para operar en su país natal.

En el documento colgado en internet, la CIA decide tener a Endroedy en la recámara, por si en el algún momento pudiese serle de utilidad. Y eso que en el informe se deja constancia de que el exagente de la Gestapo ya es mayor, es "demasiado conocido en Austria y Hungría" y además ha sido "un devoto nazi durante años".

Endroedy no es ni mucho menos el único espía alemán que recaló en Vigo. Muchos nazis se fugaron tras la derrota a Sudamérica a través del puerto de Vigo, con identidades falsas y la complicidad del régimen franquista. Además durante la Segunda Guerra Civil, Vigo fue un enclave estratégico como puerto de acceso al Atlántico y por la cercanía a minas de wolfram, material nevital para la industria armamentística germana.

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