En el debate sobre el nuevo sistema de financiación autonómica, Galicia y otras comunidades con similar evolución demográfica intentan que como factor para realizar los cálculos en el reparto de los fondos del Estado se tenga en cuenta el envejecimiento y el gasto sanitario asociado tanto al incremento de la población de edad avanzada como a la mayor esperanza de vida. Los datos definitivos del padrón a 1 de enero de 2016, publicados ayer por el INE, ayudan a comprender la situación demográfica en la que se encuentran territorios como el gallego. Comparado con una década antes, la población menor de cinco años es prácticamente la misma (101.000), pero el sector comprendido por las personas de 85 y más años se ha incrementado en un 45,2%, al pasar de 77.579 a 112.705.

Otra prueba del alargamiento de la esperanza de vida la conforma el número de personas centenarias que hay en Galicia. Si en 2013 no llegaban a las 1.200, el INE cifraba en 1.502 las existentes hace un año.

En cuanto a la población en edad de jubilación, el incremento registrado en la última década también es sustancial. El padrón cuantifica en 661.310 personas de 65 o más años las que había en enero de 2016, una cifra superior en un 11,2% a las existentes hace una década, cuando la cifra rondaba las 594.500. Desde entonces se han sumado casi 67.000 habitantes más a este tramo de población.

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Por contra, el sector más joven continúa con su retroceso paulatino y continuo. El INE señala que los menores de 20 años ascienden a 428.674 a 1 de enero de 2016, lo que supone una reducción del 3,7% con respecto a las cifras de una década antes, cuando este mismo sector de la población se acercaba a los 445.300.

Todos estos datos reafirman la escasa capacidad de la comunidad para rejuvenecer la clase trabajadora, aunque los datos del paro desvirtúan un proceso que se debería dar de forma natural.

En cuanto a los datos globales, el padrón ha descendido en 13.822 personas entre el 1 de enero de 2016 y justo año antes, lo que supone una merma de población por séptimo un año consecutivo. Los 2.718.525 gallegos registrados por el INE significa un retroceso a los niveles del año 1998.

La reducción poblacional se produjo en las cuatro provincias y en cifras muy similares. De las ciudades, perdieron población Vigo (-1.281), Ourense (-338) y Ferrol (-1.144), mientras que las demás subieron, aunque muy ligeramente: Pontevedra 10, A Coruña 108, Lugo 134 y Santiago 354.

Según los datos definitivos, a 1 de enero de 2016 había 1.309.809 hombres incluidos en el padrón en Galicia y 1.408.716 mujeres. Del total, 2.630.559 personas son españolas y 87.966, extranjeras.

La provincia A Coruña repite como la de mayor población (1.122.799), pero se deja en un año 4.397 habitantes menos.

La de Pontevedra tenía 944.346 personas a 1 de enero de 2016, frente a los 947.374 de un año antes. El descenso es de 3.028.

En el caso de la provincia de Lugo, había censadas 336.527 personas por las 339.386 del año anterior. La merma es de 2.859 habitantes. Y en la de Ourense había registradas 314.853, lo que supone rebajar el padrón en 3.539 habitantes.