Las ayudas a domicilio para personas con dependencia son las prestaciones que más han aumentado en los últimos años, mientras que los cuidados familiares prestados normalmente por un pariente directo del dependiente se frenan. En los últimos tres años en Galicia, la Xunta concedió cerca de 7.000 ayudas a domicilio frente a las 464 que constan como nuevas prestaciones de cuidador familiar desde finales de 2013 al término de 2016.
Si tres años atrás eran 9.766 las ayudas a domicilio gestionadas a través del sistema de dependencia en Galicia, esta cifra casi se duplicó, hasta las 16. 509. La teleasistencia es otra de las opciones a las que tienen acceso los dependientes con el grado reconocido y es otra de las modalidades que más peso ha ganado en los últimos años, pasando de 1.036 ayudas en 2013 a 2.513 en 2016; más del doble, si bien la cantidad todavía es muy inferior a las más de 16.000 ayudas a domicilio. Suben ligeramente las prestaciones a dependientes en centros de día y noche, con 1.000 ayudas más en tres años, hasta las 6.547, lo que supone un 18% de incremento, y en atención residencial se registran solo 30 prestaciones más en tres años (hasta 7.662). También se incrementaron las ayudas de prevención de la dependencia y promoción de la atención personal, pasando de 511 a 3.014.
Pese a ser las más solicitadas en los primeros años de tramitación de la ley de la dependencia, que cumple ahora una década, en los tres últimos ejercicios la Administración autonómica solo concedió 464 ayudas a cuidadores familiares, que alcanzan en la comunidad gallega los 12.815.
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Si en 2013 las ayudas a domicilio suponían un 23% del total de prestaciones de dependientes que están en el sistema y los cuidadores familiares se acercaban al 30%, los porcentajes se han invertido, y en la actualidad, las ayudas a domicilio, prestadas por profesionales de cuidados personales, superan el 30% y los cuidadores familiares se quedan en un 23,7% del total de ayudas gestionadas por el sistema de dependencia en Galicia. Esta era precisamente una de las máximas de la Administración autonómica, priorizar las ayudas prestadas por profesionales, teniendo en cuenta que Galicia fue desde el inicio una de las comunidades con mayor número de ayudas y peticiones para el cuidador familiar.
Solo una pequeña parte de los cuidadores familiares de dependientes cotiza a la Seguridad Social. De las más de 12.000 ayudas concedidas para cuidados por parte de un pariente, solo constan dados de alta en la Seguridad Social 1.015; no alcanza el 10%. En 2012, cuando la legislación cubría el pago de cuotas, se superaban los 7.000 cuidadores cotizando, lo que supone una caída del 86% en cuatro ejercicios.
Octava comunidad con más personas en espera
- La dependencia es uno de los puntos clave en el debate entre las comunidades y el Estado para fijar, a lo largo de este año, los nuevos criterios para la financiación autonómica. En 2016, la Xunta de Galicia introdujo en el sistema a 8.000 dependientes que aguardaban a que su ayuda se materializase, si bien aún quedan 18.000 personas con derecho a prestación en espera. El número total de beneficiarios no ha parado de crecer desde la puesta en marcha de la ley, hasta los 48.000 atendidos en la actualidad. No obstante, el elevado número de solicitudes de prestaciones, la mayoría con informe favorable (en los distintos grados) para recibir la ayuda y la escasez de presupuesto para atender a todos, provoca las esperas para percibir la ayuda, en muchas ocasiones de años. En Galicia, en 2015, por ejemplo, se gastaron 349 millones en dependencia, de los cuales el Estado puso el 21%, la Xunta el 61,2% y, el resto, los usuarios, a través de copago. Por ello, la Administración autonómica pidió en alguna ocasión al Estado que incremente su aportación para dependencia: el compromiso inicial era del 50%, a partes iguales. Galicia pasó de estar a la cola, con Canarias, por nivel de dependientes sin atender (las que más espera tenían) a ocupar puestos intermedios en la tabla, de octava (siete comunidades tienen más dependientes que esperan).
