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La recuperación del mercado inmobiliario

La venta de pisos en Galicia crece un 8% pero sigue a la cola de España

Las transacciones de viviendas suman hasta noviembre 12.457, un 7,9% más que en 2015 y la mitad que el conjunto del país -Siete de cada diez son inmuebles usados

Tres mujeres comparan ofertas de pisos en el escaparate de una inmobiliaria. // José Lores

La recuperación del mercado inmobiliario guarda muchas semejanzas con lo ocurrido en general en toda la economía de Galicia. Sin picos vertiginosos en los años de bonanza -el boom del ladrillo pasó de puntillas por aquí en comparación con la costa mediterránea y las grandes ciudades-, ni tampoco la misma fuerza que sí se está notando en otras zonas del país para dejar definitivamente atrás los efectos de la crisis. Entre enero y noviembre en la comunidad se vendieron 12.457 viviendas. Es la mejor cifra desde 2012 y el segundo año consecutivo con un aumento de las operaciones, pero esa subida se queda en la mitad de la registrada en el conjunto del Estado.

A la espera de los datos de diciembre, la comercialización de pisos en la comunidad acumula un alza el pasado ejercicio del 7,9%. Se vendieron 910 inmuebles más que durante el mismo periodo de 2015, cuando sumaron 11.547. Solo hay otra región con un incremento menor. Es La Rioja, donde las operaciones avanzaron únicamente un 4,4%. La media de las autonomías se sitúa en el 14,2%, según el informe publicado ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Las diferencias entre lo que está sucediendo con el sector en Galicia y el resto de España son más contundentes si echamos la vista un poco más atrás. La venta de viviendas inició el despegue en 2014, pero no en la comunidad, que sufrió en ese ejercicio una caída, la enésima desde el estallido de la burbuja, superior al 5%. Es decir, el cambio de ciclo en el ladrillo va con un año de retraso. Desde entonces, mientras las transacciones en el total nacional aumentaron un 29%, en Galicia solo lo han hecho un 12,6%.

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Baleares está a la cabeza de la revitalización del negocio inmobiliario. Las ventas hasta noviembre de 2016 se dispararon un 32%. Le sigue Cataluña, con un ascenso del 20,5%. A continuación figuran Asturias (18,5%), Extremadura (18,4%), Aragón (15,7%) y Cantabria (14,3%). Este es el grupo de territorios que saltan la media. Las operaciones en Castilla-La Mancha remontan un 13,75; un 13,2% en Comunidad Valenciana; y un 12,1% en Madrid, Andalucía y País Vasco. En Castilla y León rondan el 9,4%; un 9,3% en Murcia; y un 8,1% en Navarra.

A medida que las actualizaciones mensuales del INE confirmaban la atonía del mercado inmobiliario gallego, desde el sector vinculaban la falta de vigor en el negocio por los problemas urbanísticos en las dos principales urbes de la comunidad. La paralización del plan de ordenación urbano de Vigo y la tramitación al ralentí, según los promotores, de nuevos proyectos en A Coruña. Pero lo cierto es que las dos ciudades mueven en estos momentos el 24% del total de las ventas en Galicia y en los años previos a la paralización del mercado representaban alrededor del 17%. Por eso los expertos también añaden como causas a los tímidos avances del negocio en la comunidad la falta de stock de vivienda nueva y el cada vez más grave problema del envejecimiento.

Ambas cuestiones tienen su reflejo en las estadísticas de los pisos. De las casi 12.500 viviendas comercializadas entre enero y noviembre, solo el 29% eran nuevas. Concretamente, 3.640 tras un descenso anual del 23%. En cambio, las operaciones con inmuebles usados, más de 8.800, aumentaron un 29%.

¿Y la menguante población? ¿Cómo afecta? Si Galicia pierde como en estos años de crisis más de una cuarta parte de sus residentes jóvenes se queda también sin clientes potenciales para el sector. Por cada 100.000 habitantes de entre 18 y 84 años, en noviembre se vendieron en la comunidad 48 viviendas. La menor cifra de toda España, algo que viene ocurriendo en los últimos años. La media del país fue de 92.

Una de cada cuatro viviendas que cambian de dueño es por herencia

  • Además de la compraventa hay otras no pocas causas por las que una propiedad cambia de dueño. Y evidentemente no solo pueden hacerlo las viviendas. En total, las transmisiones de activos en Galicia que constan en el Registro Mercantil entre enero y noviembre del pasado 2016 suma 68.690, un 14,3% por debajo del mismo periodo de 2015. De ese total, algo más de 19.000 eran de carácter rústico -huertas, tierras de cosecha, explotaciones agrarias o viviendas en este tipo de suelo, entre otras-, con un descenso notable del 32%; 26.515 eran viviendas, un 4,2% menos; 1.355 eran solares, tras un descenso del 27%; y 21.779, un 12% menos, otro tipo de fincas urbanas, en las que se incluyen locales comerciales, garajes, oficinas, trasteros, naves industriales, edificios y aprovechamientos urbanísticos.Según el tipo de operación, en el caso de las rústicas las compraventas cayeron un 16,7%, hasta las 5.600; las donaciones también bajaron por encima del 15%, con 314; hubo un 26% menos de permutas; y una reducción del 61% en el resto de transacciones, donde se contabilizan, por ejemplo, las concentraciones parcelarias. Esta última caída consolida a las herencias como la principal razón de modificación de propiedad en propiedades rústicas: 8.016, después de un descenso del 2,7%.También las herencias son fundamentales en los movimientos de dueños entre las viviendas. Uno de cada cuatro, concretamente, tras el récord alcanzado el pasado año, cuando se alcanzaron las 6.254 viviendas en sucesiones, un 18% más que en 2015. Las compraventas (12.457) son la mitad. Las donaciones de pisos rondaron las 270. Las permutas son minoría: únicamente 60. Alrededor de 7.500 se transmiten por otras vías.

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