Las estadísticas no paran de ofrecer signos preocupantes sobre el consumo de alcohol por parte de los menores en Galicia. El año pasado, 401 de ellos resultaron denunciados por la Policía Autonómica por ingerir esa bebida, para lo que es obligatorio superar los 18 años, en la vía pública o en algún establecimiento, lo que supone un incremento de casi el 25% respecto al balance del mismo cuerpo de 2015, cuando se llegó a la cifra de 320.

La administración ha reconocido su preocupación ante datos como estos. La Consellería de Sanidade anunció a mediados de noviembre su intención de "mejorar" la Lei de prevención do consumo de alcohol por menores de 2010, conocida como "ley antibotellón", en la que se incluían multas a los padres de estos jóvenes a no ser que los adolescentes conmutasen esa pena por cursos de formación o servicios a la comunidad. Dos semanas después, la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, declaró que impulsaría una legislación estatal para luchar contra esa práctica, como hizo su Gobierno en 2013 sin llegar a aplicar cambio alguno, por lo que la Xunta esperará hasta conocer su propuesta antes de proponer medidas adicionales.

El debate arreció después de que en noviembre una joven falleciese por una intoxicación etílica en Madrid y otras dos de 12 y 13 años fuesen tratadas tras participar en botellones en Vigo y Pontevedra. Hasta ese mes, la Consellería de Sanidade había registrado 409 casos de comas etílicos de menores.

El balance de la Policía Autonómica de su trabajo el año pasado, dado a conocer ayer tras la reunión semanal del Consello de la Xunta, muestra un incremento en las denuncias no solo a los menores sorprendidos bebiendo alcohol, sino también a establecimientos que les vendían esas bebidas espirituosas. De 234 casos en 2015, el cuerpo autonómico pasó a interponer 271 denuncias, lo que supone un incremento de casi el 16%. Eso sí, la cifra sigue lejos de las 476 de 2014.

La única magnitud que permite a la administración esbozar un sentimiento de satisfacción es la relativa al tabaco. Las denuncias a adolescentes a los que los agentes de la Policía Autonómica cazaron fumando se desplomaron un 64% al pasar de 68 a 24, dato que es una cuarta parte de los 99 sancionados en 2014, de acuerdo con los datos de la Xunta. Esta realizó 5.522 inspecciones en establecimientos, un 8% más que el ejercicio anterior.