El censo de población y viviendas del Instituto Galego de Estatística (IGE) señala que en Galicia existen en la actualidad un total de 133.849 inmuebles en mal estado, lo que supone el 17% del parque de viviendas de la comunidad. De esa cifra, casi el 12% -unas 97.711 casas- presentan un estado deficiente. El IGE clasifica otro 2,8% -unas 7.925 viviendas- con un estado de conservación malo. Y ya en ruinas contabiliza 2.172 edificios, que en términos relativos representa el 0,8% del total. Teniendo en cuenta las tres categorías que, en menor o mayor medida, determinan que una vivienda no está en condiciones de ser habitada, las más antiguas son obviamente las que necesitan más reformas.

En este sentido, de las construidas entre 1921 y 1940 tres de cada diez no están en un estado óptimo. Lo mismo ocurre con las que datan de 1900 a 1920 y de 1941 a 1950. En el caso de las construidas en la década de los 51, el 21% necesitaría obras para mejorar su estado. En el caso de las tres últimas décadas el porcentaje ronda el 3% tanto en la de los ochenta, los noventa como durante el siglo XXI.

El estado de las viviendas varía también según cada provincia. Así, las más deterioradas son las del interior de la comunidad. En el caso de Ourense, en el 21% de los edificios contabilizados es necesario realizar obras porque están en ruinas o presentan un estado deficiente, mientras que en la provincia de Lugo el porcentaje es similar con un 19%. Las de la costa gallega, por el contrario, están mejor conservadas. En A Coruña, el 15% de las viviendas están en un estado malo, deficiente y ruinoso. Y de las de provincia de Pontevedra, son un 14% las que necesitan mejoras.